El PP nombra una junta gestora para destituir hoy mismo al presidente del partido en Tenerife

El PP escrutó todas las letras de sus estatutos hasta encontrar una fórmula con la que librarse reglamentariamente de su ahora polémico presidente en Tenerife, Francisco de la Barreda, que ha denunciado corrupciones, extorsiones y amenazas en el seno de la organización en Canarias. Y sólo halló una. El PP destituirá hoy de hecho a De la Barreda a través de una vía indirecta, nombrando en una sesión extraordinaria del comité ejecutivo regional en Canarias una comisión de gobierno que se encargue de la dirección del partido en Tenerife hasta su próximo congreso.

El PP no tiene previsto en sus estatutos ninguna posibilidad para destituir a un presidente de una de sus organizaciones territoriales si éste no presenta su dimisión. De la Barreda ya advirtió el martes en el Congreso de los Diputados de que no se iría voluntariamente. Y que, por tanto, tendrían que echarle.Para llegar a ese punto, el PP convocará hoy con urgencia una sesión extraordinaria del comité ejecutivo regional en la que propondrán la "sustitución" del actual presidente en Tenerife por una junta gestora que llevará las riendas hasta el congreso previsto para el otoño, posiblemente en octubre. Oficialmente estas comisiones transitorias sólo pueden tener una vigencia de seis meses.

La dirección del PP busca con esta salida cerrar de inmediato la sangría interna que estaban provocando las constantes declaraciones públicas de De la Barreda. El resto del comité ejecutivo provincial de Tenerife será oficialmente respaldado para dar, por un lado, una imagen de continuidad y para resaltar, por otro, que ha sido De la Barreda el que se ha situado fuera de la organización al no disponer dentro del PP de ningún apoyo.

En el PP se recuerda que cuando De la Barreda reunió la semana pasada al comité ejecutivo provincial, que él aún preside, para formar el comité electoral de listas, y se marchó de la cita para evitar una proclamación de candidatos en la que no figuraba su nombre, todos los demás miembros de ese órgano (45 personas) se quedaron en la sala y sacaron una propuesta adelante sin su consentimiento.

La dirección del PP está pensando en una terna de candidatos, cargos del partido en Tenerife, para reemplazar a De la Barreda. Sí se sabe que en ese trío no estará Ignacio González, el actual coordinador insular del PP en Tenerife y uno de los nombres que constantemente salen a relucir cuando se pregunta sobre quién ha instigado en la sombra esta crisis.

De la Barreda, por tanto, dejará hoy de ser presidente del PP en Tenerife y tiene también su futuro muy complicado como parlamentario en Madrid. Ayer se reunió con el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Luis de Grandes, que le reprochó sus declaraciones del martes sobre esta polémica en los pasillos de la Cámara baja.

De la Barreda prometió a De Grandes que en el futuro se sometería fielmente a la disciplina del grupo como lo había hecho en el pasado y justificó sus manifestaciones públicas del día anterior en que nadie le había avisado para que no hablara. De Grandes le aconsejó que resuelva sus problemas en otros foros y también le dejó muy claro que al PP le da igual tener en el Congreso 156 diputados que 155. Fue algo más que un aviso. De la Barreda dio algún indicio de haber entendido el mensaje: por la tarde, durante el pleno, ya ni apareció.

Por su parte, el senador socialista por Tenerife, Santiago Pérez García, opinó que "defenestrar" a De la Barreda, "es la peor de las soluciones" y que con las actuaciones "mafiosas" de amenazas y chantajes denunciados "se ha sentado un precedente grave", una "influencia amedrentadora sobre la clase política".