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Aznar: "España vive el momento de mayor estabilidad en los últimos dos siglos"

"No quiero hacer triunfalismo, pero España vive un momento de estabilidad histórica, vital, que es el mejor de los últimos dos siglos". El presidente del Gobierno, José María Aznar, sintetiza en estas palabras -contenidas en una entrevista publicada ayer por el diario Le Monde- un balance entusiasta de su gestión al frente del Ejecutivo español. Aznar concedió la entrevista con motivo del viaje a París que realizó el martes para reunirse con el presidente francés, Jacques Chirac, y el primer ministro, Lionel Jospin.

Aznar funda su entusiasmo al analizar el momento político y económico que vive la sociedad española en "el millón y medio de empleos creado en dos años y medio, en la reforma del mercado de trabajo y del sistema de pensiones", pero también en otras iniciativas gubernamentales como las de "el nuevo IRPF, las privatizaciones de empresas públicas y la supresión del servicio militar". Para Aznar "aún hay que ir más lejos, sobre todo en lo que se refiere al paro, en especial el de las mujeres, y en materia de educación". "Para ello", afirma el jefe del Gobierno, "he propuesto mi fórmula del centro reformista, un liberalismo competitivo con una fuerte dimensión social".La alianza con los nacionalistas queda explicada, según el presidente, porque "España es un país plural, el más descentralizado de Europa. Eso crea algunos problemas pero existe un marco general en el que también entran los nacionalistas: son los estatutos de autonomía y la Constitución, que ha probado su validez. Puede ser interpretada de distintas maneras pero yo estoy dispuesto a ampliar e incluso a reforzar ese marco constitucional".

En cualquier caso, la alianza no tiene porqué ser eterna: "En las próximas elecciones de marzo o abril del 2000 espero obtener la mayoría absoluta", especialmente porque "no hay proyecto alternativo". Aznar, aún "corriendo el riesgo" de quedar incluido entre los "políticos extraños", asegura: "Sin que nadie me obligue a ello, lo mejor será abandonar después de dos mandatos consecutivos. Ir más allá equivale a agarrarse al poder, hacer resistencia política en vez de gobernar".

En la entrevista, Aznar explica la evolución de la banda terrorista ETA hacia la tregua porque "no ha obtenido a través de la violencia lo que deseaba". "Ahora intenta conseguirlo haciendo pagar un precio político por dejar de matar, lo que es inadmisible. Yo quiero la paz y ellos intentan obtener la independencia, esa es la diferencia". El jefe del Ejecutivo cree que en las conversaciones con ETA tiene "la moral" de su lado porque, "a diferencia de otros", siempre ha combatido a los terroristas desde la legalidad. El presidente del Gobierno cree que si la paz fracasa, "ETA y sólo ETA será la responsable".

A la postura francesa en el conflicto vasco también alude Aznar: "Francia ha hecho bien" al descartar completamente las pretensiones del nacionalismo vasco para que se crease dentro de este país un departamento (nombre francés para las regiones) vasco.

En cuanto al acercamiento de presos etarras, Aznar no siente la "exigencia" de hacer ningún gesto, por lo que se limitará a aplicar la ley. En todo caso, el jefe del Ejecutivo asegura que puede demostrar "generosidad", pero para llegar a eso "ellos tienen que abandonar definitivamente la violencia e incorporarse plenamente a la vida democrática".

Derecho al fondo europeo

La entrevista comienza con una pregunta dura para el presidente español: ¿"Si usted no para de repetir que España va bien, cómo justifica la exigencia de que sus socios europeos continúen ayudándoles?". Para responder y defender los Fondos de Cohesión y Estructurales que tanto aportan a España Aznar recurre a los grandes principios -"el día en que Europa le vuelva la espalda a la solidaridad dejará de existir"- y a las realidades contables y reglamentarias: "España apenas alcanza el 78% de la renta media europea y por lo tanto necesitamos esas ayudas. Según los acuerdos, tenemos derecho a ellas".

En otras cuestiones Madrid mantiene actitudes que París no comparte, como cuando Aznar declara estar a favor del estricto "respeto de la independencia del Banco Central [Europeo], el mantenimiento de la política de estabilidad y en absoluto partidario de las políticas intervencionistas o de medidas como la armonización fiscal, que frenarían la competitividad".

Aznar cree que el eje franco-alemán tiene que seguir siendo el motor de la Unión Europea, y por ello no comparte las corrientes que abogan por una unión entre los países del sur para enfrentarse con más fuerza a las pretensiones de las naciones más ricas del norte. "La UE ha funcionado siempre a partir de la entente francoalemana. Si dejase de funcionar la UE entraría en crisis, es inútil fingir ignorarlo. España tiene relaciones evidentes con Francia en ciertos dossiers específicos, sobre todo comerciales. Puede defender opciones comunes con Italia o con otros países mediterráneos pero no creo que sea una buena solución retomar la vieja división europea entre Este y Oeste con un nuevo enfrentamiento entre el Norte y el Sur".

Cuba y el viaje del Rey a la isla justifican una explosión de emotividad -"¡Cuba es un pedazo del alma española!"- y unas prudentes consideraciones: "Nuestras relaciones actuales son buenas aunque deseamos que el pueblo cubano pueda en el futuro disfrutar de la democracia. Hay que actuar con prudencia y discreción. No creo que mantener el embargo sea positivo. Algunos dirigentes cubanos encuentran en él el pretexto para seguir en el poder". El viaje real es calificado de "importante, histórico", aunque Aznar afirma: "Las circunstancias necesarias para que tal viaje sea posible aún no se dan pero hay que trabajar para lograrlas".

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