Época de fusiones en Europa
Por sorpresa, y con nocturnidad incluida, la Banque Nationale de Paris (BNP) dio ayer otra sorpresa en el sector financiero. Un sector que ya se está acostumbrando a este tipo de operaciones. Apenas han pasado 40 días desde que los también franceses Paribas y Société Générale anunciaran —aquella vez por la mañana y con tiempo suficiente para que los mercados y las redacciones lo mascaran con más tranquilidad— un acuerdo de absorción. Ahora la BNP trata de dar el salto hacia el primer puesto del podium europeo y mundial en la carrera abierta por la dimensión bancaria.
Todos los analistas recuerdan que ser líder en el sector bancario y financiero supone un argumento comercial de uso diario para los profesionales. Esos mismos analistas recordaban el pasado mes de enero que la entrada en vigor del euro era una nueva espoleta para provocar fusiones, no solamente entre bancos de un mismo país sino entre entidades de diferentes nacionalidades.
Si al final del pasado año el primer banco alemán y europeo, Deutsche Bank, daba un fuerte golpe de efecto al comprar el estadounidense Bankers Trust para situarse como el primer banco del mundo, ahora la operación anunciada anoche tiene el mismo objetivo.
Tras la entrada en vigor del euro se han anunciado dos operaciones de fusión de alcance europeo y una de ellas se produjo en España. Era el 15 de enero, apenas 11 días después de que el euro fuera una realidad, cuando el Banco Santander y el Banco Central Hispano (BCH) anunciaban su fusión para crear el primer banco español y conseguir una dimensión adecuada para competir en los mercados internacionales.
La fusión del Santander y el Central Hispano en el BSCH ha puesto en una incómoda posición al BBV. Una vez que el BSCH ha dado el paso de fusionarse (acuerdo que las dos juntas generales de accionistas aprobaron el pasado sábado) ahora el BBV estudia mover ficha.
En la junta general de la entidad del banco, Emilio Ybarra, su presidente, aseguró que la entidad no se va a fusionar con otra sólo por mimetismo y añadió que una fusión es una operación estratégica que debe estudiarse con detenimiento.
Todos apuntan a un posible acuerdo con Argentaria, en cuyo capital el Gobierno español tiene derechos por la llamada acción de oro que le da posibilidades de veto. Y las cajas de ahorros tampoco se están quedando quietas para ganar tamaño.
No será la operación anunciada ayer por sorpresa la última que se produzca en el sector. Todos esperan nuevos movimientos que trascenderán más allá de Europa.
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