La policía rescata sólo a tres de los 43 haitianos que naufragaron frente a Florida

La mayor operación hasta ahora de contrabando de inmigrantes ilegales en el sur de Florida ha acabado siendo también la más trágica, cuando el pasado fin de semana 36 personas desaparecieron y al menos cuatro perecieron en las aguas infestadas de tiburones entre Bahamas y las costas de Estados Unidos. Todos eran de nacionalidad haitiana. La guardia costera estadounidense logró rescatar a tres supervivientes a primeras horas de la madrugada del sábado. Uno de ellos declaró ayer que el grupo zarpó de Haití hace nueve días. El domingo se abandonó la masiva operación de búsqueda ante la falta de rastros de vida.Un total de 12 aviones y dos barcos participaron en el peinado marítimo a lo largo de 2.600 millas en el área comprendida entre Bahamas, Cabo Cañaveral y Cayo Hueso. Según los relatos de los tres rescatados con vida, el grupo de 36 hombres y siete mujeres había abordado dos embarcaciones en West End, en la isla de Gran Bahama, que se ha convertido en el lugar habitual de partida de los viajes de contrabando de haitianos y cubanos hacia EE UU.

Cuando en el primer barco se abrió una vía de agua y empezó a hundirse a última hora del viernes, los pasajeros se pasaron al segundo, que era del mismo tamaño, y que se fue a pique momentos después a pocas millas de Palm Beach.

Un buque de carga que navegaba cerca escuchó los gritos y avisó a la guardia costera norteamericana. El primer helicóptero que inició el rescate divisó a dos hombres agarrados a barriles que flotaban a treinta millas de tierra, pero cuando se acercaron, uno ya se había ahogado. Otros dos pudieron salvarse. Flotando en las aguas se divisaron cuatro cadáveres, que lograron ser recuperados. Los guardacostas no encontraron rastros de los otros 36 tripulantes en las aguas picadas en las que se produjo el desastre, ni tampoco hallaron señales de que las embarcaciones llevaran equipos salvavidas.

Al igual que en otros casos de contrabando que se procesan Miami, la policía mantiene bajo custodia a los sobrevivientes para interrogarlos. Dos supervivientes de una tragedia similar el pasado diciembre, en la que murieron ocho personas y cinco desaparecieron, han sido condenados a tres años de cárcel.