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Fran dictó sentencia

El Deportivo vuelve a los primeros puestos de la tabla con su triunfo en Oviedo

El Deportivo desatascó el partido en su propio beneficio apelando a un deslumbrante fogonazo de Djalminha y a la maestría de un genio como Fran en el lanzamiento de una falta al borde del área. El jugador brasileño abrió el camino del triunfo al recibir un balón tibio, a unos 10 metros de la frontal del área ovetense, y con su pierna izquierda dislocó al guardameta Esteban con un balonazo de efecto diabólico: parecía dirigirse al centro de la portería, pero acabó entrando por la escuadra.El equipo gallego que entrena Javier Irureta había tenido hasta entonces algunos problemas para echarle el guante al partido. El Oviedo, igual que hiciera 15 días atrás en el Carlos Tartiere ante el Mallorca, fue dueño del juego durante el primer cuarto de hora. Se echó encima de su rival y desconectó todas sus vías para darle salida al balón.

Oviedo: Esteban; Eskurza (Bango, m

80), Onopko, César, Manel; Nadj, Paulo Bento, Jaime, Iván Ania (Moller, m. 80), Amieva (Rabarivony, m. 63) y Dely Valdés.Deportivo: Songo"o; Armando, Schurrer, Donato, Romero; Flavio, Mauro Silva, Ziani (Manuel Pablo, m. 86), Fran; Djalminha (Pauleta, m. 62) y Turu Flores (Bonissel, m. 87). Goles: 0-1. M. 22. Djalminha, con la izquierda, desde unos 20 metros, mete el balón por la escuadra. 1-1. M. 46. Centro de Paulo Bento desde la izquierda y espectacular cabezazo en plancha de Dely Valdés. 1-2. M. 84. Fran, de golpe franco directo desde la frontal del área. Árbitro: Rodríguez Santiago. Enseñó tarjeta amarilla a Manel, Romero, Paulo Bento y Fran. Unos 12.000 espectadores en el estadio Carlos Tartiere.

Pero pasado ese tiempo, el Deportivo consiguió adelantar líneas, salir del asedio y adueñarse de la pelota. El gol, sin embargo, llegó sin que Fran ni el propio Djalminha hubieran entrado aún en contacto con el juego.

El Oviedo fue una sorpresa desde la víspera del partido, cuando su entrenador, Fernando Vázquez, anunció una apuesta por la cantera en la línea medular, donde colocó a tres jóvenes, Amieva, Jaime e Iván Ania, y prescindió de Dubovsky y Pompei. El técnico del conjunto ovetense había justificado su revolución en el mal estado del terreno de juego, después de varios días de incesantes aguaceros. El caso fue que el césped del Tartiere no respaldó al técnico en sus teorías, pues estaba casi impecable a la hora del encuentro.

El equipo se le rompió otra vez a Vázquez por el centro y volvió a verse huérfano de hechuras en el ataque, donde el panameño Dely Valdés volvió a ser un náufrago rodeado de tiburones. Iban 41 minutos de partido cuando Nadj acertaba a disparar por primera vez a la portería de Songo"o. Hasta el descanso, el Deportivo se deslizó hacia el conformismo que le daba su ventaja en el marcador, volvió a refugiarse ante la frontal de su área y salió indemne de cualquier atisbo de acoso gracias a la falta de recursos y de puntería de los jugadores locales.

El castigo a su absentismo le llegó al equipo gallego apenas reiniciado el juego, en la enésima prueba de instinto y astucia que atesora el delantero panameño. El empate le dio al Oviedo el punto de inspiración preciso y a Irureta, un puñado de motivos para desesperarse en el banquillo coruñés, viendo a sus jugadores sumidos en una apacible siesta.

Durante unos minutos el Oviedo tuvo la remontada a su alcance, hasta que se le acabó el combustible y el partido entró en una larga fase de depresión. En medio de tanta atonía, el Deportivo se reenganchó al furgón de aspirantes a la Liga con otro fogonazo aislado, esta vez a cargo del capitán Fran, en un impecable golpe franco desde la frontal del área.

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