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Entrevista:MARIVÍ BILBAO GOYOAGAACTRIZ

"En el reparto de una película siempre hay muchos más hombres"

Mariví Bilbao Goyoaga (Bilbao, 1930) es una mujer muy delgada de una vitalidad increíble. Habla a borbotones, enlazando un tema con otro, un nombre con otro, los años sesenta con los ochenta y siempre amable y sonriente en los labios y en los ojos. Nunca quiso dejar el País Vasco para trasladarse a Madrid o Barcelona: "Aquí he podido desarrollar igual mi profesión", asegura, aunque no le hace falta. Ha trabajado con casi todos los actores vascos, con la mayoría de los directores, desde Pedro Olea o Javier Aguirre a Daniel Calparsoro, y en todos los medios: teatro, cine y televisión. Muy conocida en Euskadi, afirma que la popularidad a lo grande no le llegó hasta que su rostro apareció por televisión: "La tele es la popularidad total". En la actualidad, es una de las actrices de la serie Entre dos fuegos, que emite ETB-2, y tiene dos películas esperando estreno. Pregunta. ¿Por qué hay tantos vascos en el cine, delante y detrás de la cámara? Respuesta. En algunos sitios se dan buenos narradores y aquí, futbolistas y gente de cine. Está claro. Actores, técnicos, directores, guionistas... de cine y televisión. Actrices las hay y buenísimas. Jóvenes podría decir muchos nombres: Esther Velasco, Elena Irureta,... P. ¿Ha sido importante el Festival de San Sebastián para promover el cine en Euskadi? R. Muchísimo. Provoca mucho movimiento de actores. P. A usted debió de serle difícil dedicarse a ser actriz. Entonces era una profesión no muy bien vista. R. Fatal. Está bien que sean actrices las hijas de otro, pero no las tuyas. Era como si dijeras a tu padre que te querías dedicar a robar joyerías. También era duro con el novio o con el marido. Al principio les hacía ilusión porque eras una chica diferente, pero en cuanto veían que te tenías que marchar a estudiar, de gira... Entonces no querían ni oír hablar de que trabajaras en otro sitio que no fuera la casa. P. ¿Es más fácil ahora dedicarse a esta profesión? R. Es distinto. Hemos avanzado mucho, pero no hay que dormirse en los laureles. Hay que estar ahí siempre, seguir. P. El mundo del espectáculo tiene a gala ser de los más igualitarios. R. No hay ningún tío de teatro que se atreva a decirte una machada, pero no porque no lo sienta. A alguno ya he visto yo con la guardia bajada en ese tema después de un par de copas. Yo voy a los hechos: tu coges un reparto de una película y hay muchísimos más hombres que mujeres. Y en un elenco de una obra de teatro, lo mismo. Papeles protagonistas se escriben muchos más para hombres. P. Usted ha trabajado en teatro, cine, televisión... R. Teatro es lo que más he hecho, con lo que empecé, pero el cine es lo que más me gusta ahora. Creo que eso se debe a que, por mi edad, el teatro es muy cansado: dos funciones diarias y, como todo salga bien, hay gira y si vas de gira te mueres. P. ¿Hay alguna característica de los actores vascos? R. No. Un actor es bueno o es malo lo mismo que sea de Lugo, de Cádiz, de Bilbao o de Tejas. P. ¿Le han encasillado en algún papel? R. Nunca. He hecho tanto de una mujer repugnantemente mala en Salto al vacío, como de monja, que por cierto lo he sido cuatro veces en el cine. La última vez en Pecata minuta, de Ramón Barea, que también es de aquí, donde hago de una monja ladrona. A la película le han dado en el Festival de Alcalá de Henares el premio a la mejor de 1998. P. ¿Con qué director ha trabajado más a gusto? R. A mí me gusta mucho el cine de la gente joven. Me encanta lo que hace Daniel Calparsoro, con quien trabajé en Salto al vacío. Y ahora estoy completamente enamorada de un chavalín de Algorta de 20 años que hace un cine espléndido. Se llama Koldo Serra, pero yo le llamo Orson, por Orson Welles. Es un fenómeno. Hace cortos con dinero prestado por su familia. No tiene un duro. Los actores, como en todos los cortos, no cobramos. P. Usted ha hecho muchos cortometrajes. R. Me he hinchado. Ayer mismo estuve en Leioa rodando uno. P. ¿Con quién le gustaría trabajar? R. Con Fernando León. Su segunda película Barrio me ha parecido una maravilla. Cómo hace cine ese chaval, porque es jovencísimo. Y también con Álex de la Iglesia. Hacer una película salvaje como Perdita Durango o Acción mutante, me encantaría

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