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Hallado el cadáver de una joven estrangulada y maniatada en Huelva

La joven de 26 años Cristina López Muñoz fue hallada muerta el domingo por la tarde tirada en un barranco de Linares de la Sierra (Huelva), semidesnuda, atada de pies y manos y con un nudo corredizo al cuello. El cuerpo fue encontrado muy lejos de su pueblo, Alosno, y más todavía de Huelva capital, donde fue vista por última vez el viernes, comprando heroína para fumársela en el barrio El Torrejón. El cuerpo fue localizado por un ciudadano el domingo en un barranco de un coto de caza, denominado Barranco Hondo. Este paraje, situado en plena serranía onubense, entre Aracena y Alájar, está muy lejos de donde la joven fue vista viva por última vez (el viernes en Huelva capital, a 100 kilómetros) y más aún de su lugar de residencia (Alosno, a 120 kilómetros).El cadáver de Cristina, junto al que no se encontró ningún documento, estaba boca abajo en una escarpada zona de pinos y alcornoques, semidesnuda y atada de una forma extraña: tenía cinchas o argollas de cuero y plástico apretándole fuertemente cintura, manos, tobillos y cuello, donde también tenía un nudo corredizo que supuestamente le causó la muerte por asfixia. El cuerpo presentaba numerosos golpes, pero las fuentes consultadas no pudieron precisar ayer si los había recibido antes de morir o después, como consecuencia de la caída por el barranco. En el momento del hallazgo, la joven llevaba unas 48 horas muerta.

Una mariposa tatuada

La mujer vestía pantalón y botas negros, pero había desaparecido la cazadora americana de cuero con la que había salido de su casa el jueves, con la cartera y la cartilla de la Seguridad Social en el bolsillo interior. Una mariposa tatuada en su hombro derecho facilitó la identificación de Cristina, descrita por su familiares como "una chica rubia, con el pelo rizado y muy guapa, a la que le gustaba vestir de negro". Cristina, nacida en Barcelona pero vecina de Alosno desde pequeña, fue en autobús el jueves a Huelva capital, donde seguía un tratamiento con metadona, ya que fumaba heroína (en chino o papel metalizado de tabaco donde se calienta la droga y se aspira). "Un vecino que es el camello del pueblo, la vio el viernes en un autobús cerca del Torrejón", explicó la madre de la fallecida, Paquita. Ésta había denunciado la ausencia de su hija el sábado, ya que no le extrañó que pasara al menos una noche fuera de casa. La festividad del Día de Andalucía, la declaración del secreto del sumario y el que la muerte se comunicara a su madre el lunes retrasó la publicidad del crimen.Cristina y su marido, José Antonio, El Bobito, también toxicómano, habían coincidido el viernes en Huelva, según Paquita. Su hija había convivido algo más de un año con este hombre -tras dejar a su novio de los últimos ocho años-, pero se acababa de separar de él porque supuestamente le pegaba. "Había vuelto a casa y había cogido carrerilla por el buen camino; se estaba desintoxicando y trabajaba en la fresa", relató Paquita en la puerta del depósito de cadáveres de Aracena, donde esperaba el furgón que iba a trasladar los restos de su hija a Alosno. "Creo que su muerte tiene que ver con la mafia de la droga del Torrejón", repetía. La Guardia Civil descarta de momento, "pero no definitivamente", que Cristina haya sido asesinada por su ex marido, pero sí tienen claro que no fue asesinada en el barranco.

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