_
_
_
_

La "seudodemocracia"

Ramón Lobo

"¡Falae!", gritó una chiquellería detrás de una urna en Kamkadofi, un parque en el centro de Kano. "¡Ha votado por Falae!". Era sábado y las elecciones para elegir nuevo presidente se celebraban entre la indiferencia general en la capital del norte hausa. A pesar de haber cuatro cabinas instaladas, unos tenderetes de plástico color azul y blanco con una mesita mínima para preservar la intimidad de voto, la mayoría optó por mojar su índice en tinta china y colocarlo en la papeleta posada sobre la misma urna en la que debía depositar el voto, a la vista de todos. Las papeletas iban cayendo una a una, abiertas o mal dobladas, entre el regocijo de los curiosos dejando a la vista una realidad anunciada: el norte vota por Obasanjo en una proporción de tres a uno.Los niños, que apenas saben una palabra de inglés, son la prueba de la quiebra del sistema educativo heredado de los tiempos de la colonia. "¡Bature!", decían señalando al hombre blanco del que huían como un demonio. Ninguno sabe qué es la democracia ni para que sirven los votos. "Lo que necesitamos es electricidad, agua, trabajo y que se termine la escasez", dijo un hombre. Algunas mujeres, envueltas en preciosas telas multicolores, participaban como presidentas o interventoras de algún partido. Pero el voto femenino fue inexistente en Kano, cerca de un 2% del censo. "Es que aún mantienen la costumbre de obedecer a sus maridos y éstos les dicen lo que deben votar o les ordenan que se queden en casa". El sur, más moderno, contaminado por la riqueza del petróleo, es más abierto y jovial. En la zona yoruba, al blanco no se le llama bature, sino oibo, que significa despellejado. Allí, una minoría votó por Obasanjo. "Es un militar amigo de Babangida", decía hace una semana un hombre joven en uno de los arrabales de Lagos, ciudad con fama de ser una de las peligrosas de África. Babangida, uno de los hacedores de reyes desde el golpe contra el general Gowon en 1975, está detrás de Obasanjo. La prensa local le acusa de haber financiado su campaña con lo obtenido en los años fértiles del petróleo para que le proteja de toda investigación y sucederle sencillamente dentro de cuatro años.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_