Aznar y Blair coinciden en oponerse a la política europea de Alemania, pero discrepan en Gibraltar

El presidente del Gobierno, José María Aznar, y su amigo, el primer ministro británico Tony Blair, coinciden en todo menos en Gibraltar. Así se desprende del resumen que un portavoz del Gobierno efectuó ayer a medianoche, al término de la entrevista privada y de la cena que celebraron en Petersberg, cerca de Bonn, en vísperas de la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno, que debe analizar hoy la agenda 2000, es decir, las perspectivas financieras de la UE para el periodo 2000-2006. Gibraltar fue el último tema mencionado por el secretario de Estado, Pedro Antonio Martín Marín, que dio cuenta de la entrevista entre los dos primeros ministros, celebrada, según dijo, en un clima excelente.El Peñón sigue siendo la china en el zapato de las relaciones hispanobritánicas, ya que según la versión española Aznar y Blair coinciden en el tema más importante del momento: oposición frontal a la propuesta de la presidencia alemana sobre la Agenda 2000, y advertencia común de que no se podrá alcanzar un acuerdo hoy, en la cumbre informal, ni en marzo, cuando se celebre la cumbre extraordinaria que debe aprobar las perspectivas financieras de la UE.

Propuesta inaceptable

Españoles y británicos mostraron su "preocupación" por la propuesta alemana que consideran "inaceptable". Ambos países consideran que Alemania no ha hecho los deberes, y que debe ponerse a negociar en serio, si quiere que se alcance un acuerdo en marzo. Un lenguaje tan rotundo a escasas horas de abrirse el debate entre los Quince augura el resultado final de esta cumbre informal. Supone el fracaso más rotundo y un serio aviso sobre las grietas que se están abriendo en la UE.

Aznar y Blair se entrevistaron a solas durante 45 minutos en el castillo de Petersberg, antes de pasar a cenar con sus principales colaboradores. En la cena se celebró el cumpleaños del presidente español, que cumplía 46 años. Blair le obsequió con una botella de Vega Sicilia de 1953 y hubo tarta con velas.

En este ambiente, ambos primeros ministros coincidieron en el análisis de la situación por la que atraviesa la crisis de Kosovo, y compartieron la idea de seguir presionando a Belgrado, aunque garantizándole su integridad territorial. En el caso de Turquía ambos condenaron el terrorismo y ofrecieron garantías a Ankara sobre su integridad territorial frente a las pretensiones kurdas. Ello no les impidió exigir garantías democráticas en el juicio contra el dirigente kurdo, Abdala Ocalan. Respecto a la OTAN y Oriente Medio la sintonía fue total, según el portavoz español. Madrid sigue con especial atención la iniciativa británica de construir una defensa europea en el marco de la UE, vinculada a la OTAN.

La gran diferencia, dejada deliberadamente para el final, fue Gibraltar. Sobre este tema "cada parte mantuvo sus posiciones", y quedaron en seguir hablando el 10 y el 11 de abril en Chequers, residencia de verano de Blair, aunque esta cita parece corresponder más con las entrevistas bilaterales pactadas el año pasado, que con el llamado proceso de Bruselas, para negociar la devolución de la soberanía del Peñón a España, totalmente estancado.

Fuentes británicas señalaron que Blair pidió a Aznar el levantamiento de los controles en la verja. Ambos coincidieron en dejar la negociación en manos de sus ministros de Asuntos Exteriores, Robin Cook y Abel Matutes.

Por otra parte, el Ayuntamiento de la Línea de la Concepción y los trabajadores españoles en Gibraltar decidieron anoche convocar una manifestación para el próximo miércoles, a las seis de la tarde, en la que exigirán la "vuelta a la normalidad" en la verja y que se hagan las gestiones necesarias para evitar que la zona siga dependiendo económicamente del Peñón, informa Santiago F. Fuertes.