El PRI recupera el crédito con su victoria en dos Estados mexicanos

El triunfo del oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los comicios del domingo a las gobernaciones de Quintana Roo e Hidalgo, parecen demostrar que si la oposición no concurre coaligada a las elecciones del 2000, el partido que imperó en este país durante casi siete decenios partirá de nuevo como favorito.

En una jornada sin incidentes graves, el candidato del PRI obtuvo el Gobierno de Quintana Roo, situado en el sureste nacional, donde se encuentra el balneario turístico Cancún, con el 42% de los votos. Los opositores Partido de la Revolución Democrática (PRD), centroizquierda, y Partido de Acción Nacional (PAN), conservador, lograron el 35% y 18% respectivamente. El nuevo titular del Estado sustituye a un dirigente priísta investigado por la justicia federal por supuestas vinculaciones con el narcotráfico. La mala prensa de este funcionario hizo que la oposición alimentase esperanzas de ganar en su feudo. No fue así.En Hidalgo, ubicado en la zona central, Estado donde el 70% de la población tiene menos de 30 años, los porcentajes fueron 51,5% (PRI), 34% (PAN y Partido Verde Ecologista) y 13,6% (PRD- Partido del Trabajo). Aunque la abstención fue alta, en torno al 50%, y la oposición denunciase que las votaciones estuvieron "plagadas de irregularidades y compra de votos", los hechos indican que la implantación del PRI es todavía fuerte, su maquinaria permanece engrasada, cuenta con recursos y dinero y, cautivos o no, retiene electores, fundamentalmente en el campo.

El presidente del PRD, Manuel López Obrador, instó a una alianza de oposición para detener, según afirmó, un eventual fraude en las presidenciales a través de la compra de sufragios. "Para ellos, entre más pobreza mejor, porque pueden comprar votos. (...) El PRI ya no convence, compra votos, no compite de verdad".