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Concentración china en Lekaroz

Corrían tiempos de carnaval cuando el valle del Baztán navarro, tierra de tradición carnavalera, recibió una visita pintoresca: un equipo de futbolistas chinos. Más de un baserritarra pudo confundir a los visitantes con alguna de las habituales cuadrillas de amigos que en esas fechas agudizan el ingenio para desfilar disfrazados de cualquier cosa. Nada más lejos de la realidad, aunque parezca imposible. El Beijing Guoan, el equipo de fútbol de Pekín, ha elegido como lugar para realizar su pretemporada la localidad navarra de Lekaroz. Lejos del topicazo hispano de playas, sol y turistas, han ido a parar a un pequeño pueblecito del norte de Navarra, recién nevado, rodeado de montañas y poblado por acogedores caseros. Un lugar idílico, apartado e ideal para el trabajo, de no ser por el mal estado del terreno de juego anexo al albergue donde se alojan. ¿Porqué Lekaroz? Resulta curioso que este equipo de la capital china que ha preparado otras temporadas en lugares como Italia o Inglaterra, jugando contra el Milan o el Arsenal, llegue ahora a España y se vaya a un desconocido pueblo norteño. "Venimos a trabajar y concentrarnos. Éste es un lugar bueno para ello, y si queremos hacer turismo tenemos lugares cerca", afirma Shen Xiangfu, el técnico del equipo, considerado el mejor jugador chino de la historia. El Beijing llega a Lekaroz a través de Mao Ching, un empresario chino bien afincado en Pamplona, amigo de la infancia del entrenador oriental. Primero se encargaron de que el técnico navarro Ángel Ablanedo fuera hasta Pekín para aportar su experiencia occidental, y ahora, a través del Gobierno de Navarra, han preparado esta concentración. Sin embargo, el equipo pequinés tuvo la primera pega nada más llegar. No es el clima, la comida o el idioma, el problema es que la preparación física viene ya hecha de China y venían a trabajar la táctica y la técnica, sin embargo, se han encontrado con un auténtico patatal en el que poca cosa pueden hacer. Seguro, buscarán soluciones para entrenar estas tres semanas. Nochebuena china. El día de su llegada a Lekaroz, en China se celebraba la fiesta de la primavera, una especie de Nochebuena, que reúne a todas las familias para celebrarla. La pretemporada oriental supone algo así como que el Madrid o el Barcelona se fueran todas las navidades a concentrarse a Pekín. Y no lo celebraron de manera especial, de hecho, se tuvieron que habituar a olvidarse de los palillos y los rollitos, coger el cuchillo y el tenedor y empezar a comer chuletón, queso y cuajada. La intención de los técnicos es que la alimentación sea occidental y no se han traído ni comida ni cocineros. Lo único que van a respetar de su vida habitual es el horario, ya que van a mantener más o menos sus horas de sueño, comidas y trabajo. El toque de diana es a las ocho de la mañana, los entrenamientos comienzan hacia las nueve, comen a las doce, cenan a las siete y para las nueve buscarán el descanso. Tan sólo los partidos amistosos y las visitas culturales romperán los horarios del día a día. Del nivel medio de la Primera española. Ángel Ablanedo, que pasó allí los pasados meses de julio y agosto, definió al Beijing como: "Del nivel de la mitad de la tabla de Primera, del estilo del Racing o el Oviedo. Son muy rápidos y técnicos, tienen otro estilo, pero son muy técnicos. La gran diferencia con el fútbol europeo es la picardía, allí van ganando 1-0, queda un minuto y los recogepelotas corren a por todos los balones como locos, sin embargo, los jugadores no les dicen nada, cuando aquí se los hubieran comido". El entrenador chino, Xiangfu, también reconoció su retraso respecto al fútbol europeo y suramericano, y aseguró que vienen a Europa a aprender, además de a promocionarse. De la liga china, comentó que sólo lleva funcionando cinco años y que ya han llegado extranjeros de Paraguay, España o Portugal, aunque tienen la limitación de poder fichar sólo tres por equipo. Como principal diferencia con nuestro fútbol fuera del terreno de juego, se puede citar que los estadios chinos no utilizan los vestuarios, llegan cambiados del hotel y se duchan en él, tan sólo los utilizan para dejar el material. Fichar por internet. Además de hacer la pretemporada, el Beijing busca también fichajes por aquí. Algo novedoso para ellos, ya que hasta ahora han llegado a fichar por internet. ¿Cómo? Ponen anuncios en la red de redes y después esperan. Y esperando, vieron como tres tarraconenses se apuntaron a la aventura y probaron suerte, y la suerte le llegó a Andrés Oliva, que ha estado jugando en Pekín durante dos temporadas. También probó en Pekín el navarro Beramendi, pero no se pudo quedar. Ahora han fichado al portugués Rui Esteve y quiere intentar dejarse ver el guipuzcoano Joseba Irazusta, jugador del Avilés, y ojo, porque han puesto sus ojos en Osasuna y pueden hacer alguna oferta a algún jugador rojillo. Curiosa expedición. Con los 23 jugadores de la plantilla, han viajado a España el entrenador, el gerente, el médico, el entrenador de porteros, dos periodistas y un peculiar traductor. Peculiar sin duda, ya que es el hijo del embajador de China en Moscú, viste trajes de Armani, usa la última generación de teléfono móvil, vive en Madrid y se llama ¡Paco! Paco Wu. Pero para peculiar, el gerente, que aseguró que no sabía nada del presupuesto de su equipo. Cuando el gerente de un club no sabe nada del dinero, o por lo menos dice no saberlo, todo resulta un poco extraño, y es que ni siquiera el traductor sabía nada. Aunque claro, si no es extraño que unos chinos entrenen en Lekaroz, ya nada es extraño ni anormal. De todas formas, al final trascendió que su presupuesto ronda los 600 millones de pesetas y que un jugador normal puede cobrar unos 15 por temporada.

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