Palabras gruesas: del "asedio" al "parásito"
Lindo espectáculo. En la intimidad se prodigan cortesía. En público se lanzan palabras gruesas. Deben de ser las reglas del juego, a medio camino entre la alta diplomacia, la presión externa y los guiños a la propia galería. Los dos espadachines siguieron la regla y no defraudaron al respetable. Empezó Cook, declarando que la "actitud de asedio" española, imponiendo controles, contradecía la libertad de circulación vigente en la Unión Europea. Ya parecía que Luxemburgo se llenaba de catapultas a la usanza romana, cuando Matutes replicó calificando de "parasitaria" a la economía gibraltareña, "porque así lo permite el Reino Unido". En la mesa camilla esas lanzas se tornan suaves espadas. Ya Robin aconseja a Abel que cuente con los llanitos si algún día quiere sacar algo en claro sobre la soberanía, ya Abel recuerda a Robin que si se les deja seguir durante el día con tráficos ilegales en la Roca y por la noche de farra en hermosos cortijos andaluces, poco se avanzará.
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