Más de 60.000 personas acuden a la feria medieval de Manresa

Millares de personas -más de 60.000 según afirman los organizadores- ocuparon ayer el centro histórico de la ciudad de Manresa en la segunda edición de la feria medieval. No daba la ciudad con una solución para mantener con vitalidad la devaluada Festa de la Llum, que se celebra cada 21 de febrero, y en lo antiguo y en la tradición ha encontrado el elemento de atracción que hace que las vetustas calles de Sobrerroca, del Carme, de Sant Miquel o la plaza Major se llenen de un gentío que pasea entre irregulares adoquines y paja y un sinfín de artesanos que ponen a la venta sus quesos, sus panes, sus chocolates, sus jarros, sus cestos, sus pendientes, sus juguetes... Los actos centrales de la fiesta se celebraron ayer aunque la festividad local sea propiamente hoy. Al mediodía, después de la celebración eucarística que conmemora la llegada de una luz procedente de Montserrat que autorizaba, hace más de 500 años, la entonces polémica construcción de un canal que llevaría el agua a Manresa desde Balsareny, se vivió el momento más intenso de la fiesta con la presencia de la imaginería de la ciudad en la plaza Major -gigantes, cabezudos, castellers-, en medio de los artesanos y del gentío.