Milosevic logra un plazo de tres días más al prometer concesiones

Fuera del plazo acordado, que expiró al mediodía de ayer, bajo la espada de Damocles de los bombardeos de la OTAN, serbios y albanokosovares negociaban anoche un "acuerdo mínimo" que permita salvar la conferencia de paz de Rambouillet y encauzar un conflicto que se ha cobrado más de 2.000 muertos. Como se temía, las 12 horas que debían clausurar dos semanas de negociaciones se cumplieron inexorablemente en el castillo de Rambouillet sin que ninguna de las partes hubiera suscrito compromiso alguno. Las intensas presiones ejercidas a lo largo de la mañana por la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, y los ministros de Exteriores del Grupo de Contacto (Alemania, EE UU, Francia, Reino Unido, Italia y Rusia) permitieron, con todo, arrancar algunas concesiones, y a ellas se aferraron los negociadores para "parar el reloj", primero, y añadir, posteriormente, un plazo suplementario, cuyo límite ha sido fijado a las 15 horas del martes. El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, aceptó un acuerdo político con los albanokosovares, pero sigue rechazando el despliegue de fuerzas de paz de la OTAN en su territorio.