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Bad f-Line ofrece desde Mondragón un atractivo "techno-punk"

Los grupos de Euskadi no sólo producen grandilocuente heavy metal, trasnochado rock radikal o párvulo punk. Por si fueran pocos los ejemplos existentes, el grupo Bad f-Line ha colocado en las tiendas un segundo disco con el que se desmarcan de sus compañeros de escena. De entrada, los primeros 15 minutos del álbum, correspondientes íntegramente al primer corte, están en blanco. A partir de ahí, se suceden diez trepidantes muestras de música electrónica dotada de pulso industrial y facturada con espíritu punk. A base de guitarras, programaciones, sintetizadores, muestras, secuencias y voces, el cuarteto de Mondragón logra una aproximación al techno-punk bastante más convincente que los espasmos bailables de superventas foráneos como Prodigy o Chemical Brothers. Sus paralelismos en España hay que buscarlos con grupos como Lagartija Nick o 2Kate. "Para nosotros, en este disco ha habido un cambio. Igual el anterior era más industrial y este es más electrónico, menos ruidoso. Lo de techno-punk me gusta cómo suena, porque siempre me ha gustado la actitud del punk. Normalmente escuchamos lo que se llama música industrial: Ministry, Nine Inch Nails,... Pero tampoco decimos que no a cosas como Garbage o Junkie XL. Todo lo que sea bastante maquinita y poco ser humano nos gusta", afirma Iñaki Bengoa, compositor principal, refiriéndose a su música y a sus influencias. Androides Dolor, ruido, miedo, calambres, comunicación, mensajes, antenas digitales, robots, flashes, látex, dioses muertos, heridas en el corazón... Todo ello forma parte del particular universo, levemente claustrofóbico y concebido casi para androides, de Bad f-Line. Y es que sus textos -"no muy optimistas, un poco oscuros"- son pura ciencia ficción. "No es que vayamos más adelantados ni que seamos más listos que nadie, pero nuestras letras resaltan que estamos cerca del siglo XXI. Al hacerlas me inspiro, sobre todo, en las cosas que veo o leo, cosas como [Leopoldo María] Panero, [William S.] Burroughs... Lo que me gusta es que hagan pensar a la gente, que no te lo pongan todo tan claro". Junto a letras inteligentes y trabajados ritmos, el disco, producido por Jimmy J. (guitarrista de Soziedad Alkoholika), se completa con una pista en CD-Rom que contiene el vídeo del tema Cero. Con dicho reclamo extra esperan ver cumplidas sus aspiraciones, pese a pertenecer al catálogo de una discográfica madrileña primeriza: Desobediencia. "Tocar en directo y que el disco esté en todas las tiendas, que la gente tenga acceso a nuestras canciones". Así resume sus metas el compositor de un grupo que reconoce que su producto "no es muy comercial" y que se desmarca totalmente de la música de baile más simple y falta de originalidad: "Lo nuestro no tiene nada que ver con el bakalao", sentencia Bengoa.

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