Privilegios

Hemos tenido conocimiento de dos casos, pero es difícil creer que sean aislados. ¿Qué tienen en común el Nobel Cela con Mar Flores? Si no fuera por los medios de comunicación no hubiéramos tenido idea del vínculo de conexión que les podía relacionar: según parece, ambos tuvieron un trato privilegiado cuando ingresaron en centros públicos sanitarios, siendo unos anónimos ciudadanos, probablemente tan o más necesitados de atención, que carecen de una pluma famosa o un plumero vistoso, los que sufrieron una injusta postergación. La sanidad pública no debe conocer de privilegios: para eso está la sanidad privada -a la que, por otro lado, a buen seguro podrían haber acudido los susodichos, porque medios económicos parece no faltarles-. Esperemos que las autoridades sanitarias adopten las decisiones destinadas a sancionar disciplinadamente a los responsables de tan indignantes comportamientos arbitrarios.- .