UGT y CC OO denuncian que el cierre de camas en La Fe obliga a buscar las viejas en los sótanos

Los sindicatos UGT y CC OO y el Comité de Empresa del hospital La Fe de Valencia denunciaron ayer que el cierre de 93 camas ha provocado un colapso en la puerta de Urgencias del centro, donde ya hay un número "importante" de pacientes desplazados de sus salas, lo que supone un trastorno para ellos y para la organización del hospital. Los denunciantes aseguran que algunas salas del pabellón de Maternidad tienen un 50% de enfermos procedentes del pabellón Central y agregan que en estos momentos la primera tarea de los celadores es "buscar camas", a veces entre las desechadas en los sótanos del hospital y sin una limpieza a fondo. Añaden que las sillas de ruedas siguen siendo las mismas que hace 30 años y que el área de parapléjicos quedará con 16 camas, frente a las 28 que tenía antes. La falta de camas, dicen, está provocando el desvío de pacientes a centros privados como el 9 d"Octubre, la Casa de Salud y el Virgen del Consuelo, y a hospitales públicos como la Malvarrosa. Su queja es que las camas cerradas hasta el momento -con el argumento del impacto de la apertura del hospital de Alzira en La Fe- han servido para centralizar despachos y dormitorios del personal, lo que ha generado un baile de enfermos y una disminución del número de trabajadores "difícil de contabilizar", debido al contínuo cese del personal con contratos de acumulación de tareas y a las 120 vacantes sin cubrir. Tanto el comité como los sindicatos critican la paradoja que supone cerrar camas en el hospital de referencia de la Comunidad Valenciana (la que menos porcentaje tiene por cada 1.000 habitantes, después de Ceuta y Melilla), cuando hospitales privados como el 9 d"Octubre se plantean construir otro edificio para hacer frente a la demanda. Recuerdan además que antes de fin de año está previsto el cierre de más de 400 camas, que no se compensarán con las 250 del hospital de Alzira, y que la propia consultora Gemini (encargada de la elaboración del Plan de Modernización de La Fe) apuesta claramente por la "externalización" de los servicios centrales y la privatización de la Medicina General. Los dos sindicatos se oponen al derribo del edificio y piden que los 20.000 millones que gastará la consejería se empleen en la remodelación del centro, que necesita inversión en tecnología. Además de la concentración que tendrá lugar el 4 de marzo en el hospital, el comité se reunirá el 23 de febrero con todos los grupos parlamentarios, para solicitarles su apoyo.