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El nuevo plan general de Pamplona enfrenta al equipo municipal con los contructores y la derecha El sector inmobiliario y UPN acusan al Ayuntamiento de realizar un "urbanismo marxista"

"Urbanismo marxista", "locura", "intervencionismo" de tintes comunistas. Los principales constructores y promotores de Navarra han reaccionado con extraordinaria virulencia a la aprobación inicial por el equipo municipal (CDN, PSN e IU) del nuevo plan general de Pamplona. Lo que más parece escocer al sector no es en sí el diseño de ciudad planteado, sino el hecho de que el gobierno de centro-izquierda esté dispuesto a utilizar la vía de la expropiación para conseguir la promoción del mayor número de viviendas de protección oficial posibles en determinados polígonos.

"Quien miente es usted, Lidia Biurrun". Así titularon ocho de los principales constructores inmobiliarios de Navarra una carta publicada recientemente en los diarios locales. Una durísima misiva dirigida contra los planes urbanísticos del tripartito municipal, personificado en la concejala Lidia Biurrun, delegada de Urbanismo y candidata de Izquierda Unida a la Alcaldía de Pamplona. En ella acusaban a la edil de ineficacia en la gestión y de obstruir durante casi dos años la aplicación del Acuerdo Marco de Colaboración entre el Gobierno foral y el Ayuntamiento en materia de urbanismo, suelo y vivienda, con el objetivo de no negociar fórmulas de promoción mixta con los dueños del suelo (con ellos) y acudir a la vía de la expropiación. La soterrada disputa afloró por vez primera el pasado 29 de enero. Biurrun defendió en el transcurso de un pleno municipal el instrumento de la expropiación para la edificación de viviendas sociales en un polígono de la ciudad, el denominado Canal-Ezkaba (286.000 metros cuadrados; 1.163 viviendas). La concejala tuvo duras palabras hacia algunos constructores, propietarios ya de la mitad de ese polígono, porque, según sus cálculos, al precio que decían haber pagado por el terreno no podrían construir vivienda protegida o bien debería incrementarse mucho la densidad de pisos por hectárea para poder calificar después sus viviendas. Los constructores recurrieron al Tribunal Administrativo de Navarra (TAN) contra la expropiación, disolvieron el grupo Lur 5, que habían creado para promover el polígono, vendieron los terrenos a otros promotores menores y fijaron sus ojos en otros puntos de la ciudad. Pero rumiaban su venganza. Fue sólo una batalla en la guerra abierta que parecen haber desplegado las constructoras navarras ante la posibilidad de que los escasos espacios marginales que aporta el mapa municipal de la capital (veinte kilómetros cuadrados de superficie y 17.000 nuevas viviendas planeadas), que en buena parte están ya en sus manos, puedan ser objeto de expropiación en la próxima legislatura. "Intervencionista" No es de extrañar que el coordinador del grupo municipal de UPN-PP, Eradio Ezpeleta, saludara la aprobación del documento de reforma urbanística de la ciudad con epítetos como "inviable", "de tintes marxistas" e "intervencionista" y defendiera abiertamente "una alternancia de gestión privada (compensación) con la gestión pública (cooperación) y excepcionalmente, por el costo que supone, la expropiación". En esta batalla no sólo han participado los partidos conservadores o los constructores-promotores. También sectores mediáticos han hablado de "locura" urbanística del tripartito. Los mismos medios que llevan cuatro años tildando de "comunistas" a los independientes que lideran IU-EB, en una comunidad en la que la presencia del Partido Comunista en la coalición es residual. Pero ello no ha sido obstáculo para que se llegue a acusar al Ayuntamiento de ser el "principal propiciador de la especulación" en virtud de la carencia de suelo y por el efecto inducido que sobre las tensiones de los precios tiene la lentitud del sistema de expropiación. Ni que decir tiene que Biurrun ha rechazado tajantemente todas las críticas. Considera perfectamente viable sacar adelante el plan, que costará poco más de 14.000 millones. Asegura que se han asumido buena parte de las sugerencias de particulares (1.500 alegaciones) y sentencia que ha sido la primera vez que Pamplona ha trabajado conjuntamente en sus planes de expansión con los municipios que la rodean. Javier Iturbe, el candidato socialista a la alcaldía, opina lo mismo: "Es un documento con perspectiva comarcal". El hecho de que HB haya rechazado el plan asegurando que deja el futuro urbano "en manos de los constructores" permite reivindicar la "corrección" del modelo de intervención, tanto a CDN como a los socialistas y a IU-EB. La izquierda está dispuesta a asumir el coste temporal que para la promoción de vivienda suponen los habituales recursos ante el Tribunal Provincial de Expropiación. Considera que, pese a todo, la repercusión final del precio del suelo en la vivienda es mucho menor que el repercutido por las constructoras-promotoras cuando éstas son las dueñas del terreno desde el comienzo del proceso. Y afila sus uñas: si el actual equipo de gobierno repite mandato, habrá un mínimo del 50% de promoción pública de vivienda en los nuevos barrios y un programa propio de suelo y urbanización.

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