Jatamí destaca su compromiso con "el imperio de la ley" y promete ampliar las libertades en Irán

Miles de iraníes conmemoraron ayer el 20º aniversario de la revolución islámica con concentraciones multitudinarias en las principales ciudades del país. En la capital, Teherán, por lo menos 100.000 personas se congregaron en la plaza de Azadi (Libertad) para escuchar al presidente Mohamed Jatamí. Este clérigo moderado, elegido en 1997 en medio de grandes expectativas populares, insistió en el imperio de la ley como guía de la nueva década que ahora empieza y prometió a sus conciudadanos que un Estado con confianza en sí mismo iría ampliando sus derechos.

"El imperio de la ley es nuestro lema más importante en el periodo de consolidación de la revolución y en el umbral de la tercera década de la victoria de la revolución islámica", aseguró Jatamí a los miles de congregados bajo el sol invernal. "Dentro de esta ley, de nuestra fe islámica, de nuestra creencia en el gobierno supremo de los clérigos... los derechos de la gente y su participación están asegurados", manifestó el presidente, amenazado por la presión de los conservadores contra sus reformas democráticas. "Defender la Constitución es defender la revolución", insistió.

La elección de Jatamí en mayo de 1997 fue impulsada por su campaña en favor de una sociedad civil y del respeto de la ley, una fórmula que le permitiría llevar a cabo reformas políticas y sociales dentro del marco de la Constitución islámica iraní. También ampliaría el poder de su propio cargo (elegido) a expensas del líder religioso supremo, que es designado por una asamblea de clérigos. El presidente del pueblo, como se le ha bautizado por su enorme tirón popular, prometió "defender los derechos de los ciudadanos y de las libertades de quienes respetan la Constitución". También reiteró su compromiso de promover "la distensión" y "la tolerancia". En un discurso lleno de confianza, que duró media hora, Jatamí animó a los iraníes a participar el día 26 en las elecciones municipales, las primeras que se celebran desde el advenimiento de la República Islámica, a pesar de estar contempladas en la Constitución.

Los reformistas que respaldan al jefe del Gobierno esperan esa cita con las urnas para avanzar la participación popular y lograr suavizar la presión de los conservadores.

Fue un ambiente de fiesta popular, en el que no faltaron los tópicos eslóganes de "Muerte a Estados Unidos", coreados por la multitud sin agresividad, más por costumbre que por convicción. Los grupos más motivados, a menudo con un clérigo shií a la cabeza, llevaban un muñeco con la cara del Tío Sam colgado de una horca.

"No tenemos nada contra el pueblo, pero estamos contra el Gobierno de EEUU porque nos quiere mal desde hace 20 años", aseguró un hombre.

Concentraciones como la de Teherán, que se repitieron en las principales ciudades de Irán, constituyeron la culminación de 10 días de celebraciones para conmemorar el levantamiento popular que hace 20 años puso fin a 2.500 años de monarquía y estableció un régimen religioso con un presidente y un Parlamento elegidos.