Las tumbas evidencian el carácter humilde y la religión de las personas enterradas
VIENE DE LA PÁGINA 1 El conocimiento de la existencia de una necrópolis en esta zona del Raval data ya de finales del siglo XVI, pero hasta el presente siglo no se había llevado a cabo un serio trabajo de investigación. El más intenso es el desarrollado a partir de 1989 a raíz de los hallazgos efectuados durante la construcción de un aparcamiento subterráneo en la zona llamada Parc de les Hortes de Sant Joan. En aquella ocasión se descubrieron 20 tumbas bastante deterioradas. Un año más tarde, con motivo de las obras del cuartel de la Guardia Civil en la calle de Sant Pau, se hallaron 30 tumbas más. Las tumbas encontradas ahora están bien conservadas. Dos ya habían sido abiertas ayer y el esqueleto encontrado en una de ellas corresponde a un adolescente que, según la observación de Pere Lluís Artigas, director de la excavación, padecía una caries. Las tumbas evidencian el carácter de los primeros cristianos, que, en contra de la tradición pagana, enterraban los cuerpos sin ninguna pertenencia personal. De las características de las tumbas se deduce que los enterrados en ellas eran personas de extracción social humilde. Una vez finalizadas las excavaciones, los restos serán trasladados para su investigación y análisis, y continuará la construcción de viviendas. "No existe un interés monumental; las aportaciones que puede hacer este hallazgo se producirán con el análisis de los restos", aseguró Ferran Puig. Los trabajos arqueológicos los sufraga el Grupo Preyco, empresa promotora de las viviendas en el solar donde se ha encontrado la necrópolis. Su aportación es de nueve millones de pesetas.
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