Los pisos afectados por el incendio de la calle San Francisco son inhabitables

En el número 9 de la calle San Francisco, en Bilbao la Vieja, vivían 12 personas cuando el pasado 13 de enero estalló un incendio que acabó con la vida de un inquilino. Casi un mes después, sobre la mitad de las viviendas pende el cartel de "inhabitabilidad" y sus ocupantes buscan un sitio donde vivir. Un anciano que residía en la buhardilla del inmueble deambula perdido y a un matrimonio con dos hijos les salva la acogida familiar. Mientras, la Policía Municipal ha concluido en un informe que el piso en el que se originó el fuego no era una pensión ilegal, como se denunció, sino que su propietario alquilaba habitaciones.

Las causas del siniestro que mató a un hombre en la madrugada del miércoles 13 de enero en uno de los barrios bilbaínos económicamente más castigado siguen sin esclarecerse. El fuego estalló en el piso 4º derecha. Una vivienda compartida en alquiler por cuatro personas. Uno de estos inquilinos, Juan Merino, de 42 años, al parecer se quedó dormido mientras fumaba. El fuego estalló y se extendió por la habitación. Poco antes de que ocurriera, algunos vecinos le habían visto entrar ebrio en el portal número 9 de la calle San Francisco. Dos pisos más abajo, en el 2º derecha, habitaba Luis Rey con su esposa y sus dos hijos. Electricista de profesión, trabaja desde hace varios años en una empresa de embutidos. El salario que percibe es bajo pero le ayudaba a pagar las 25.000 pesetas que le costaba el piso en alquiler. El incendio del 13 de enero les dejó sin hogar. Desde ese día, la pareja se ha cobijado gracias a la ayuda familiar. Un hijo y la madre están en casa de la madre de ella; el padre y el otro hijo, en la de los de él. El pasado viernes Luis Rey se entrevistó con Begoña Gil, la concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Bilbao y le explicó su situación. Que su familia no puede seguir viviendo así; que necesita una vivienda municipal y que tiene que ser urgente porque su situación es una emergencia. Además, le recordó, hace cuatro años ya solicitó un piso de esas características y se lo denegaron. Luis Rey estuvo acompañado por Juan Carlos Antón, portavoz de la asociación independiente Bilbao la Vieja, que conminó a la edil a acelerar el proceso de concesión. "Estos casos tienen que resolverse rápidamente porque una familia que ha perdido la casa donde vivía por un incendio no puede estar en la calle", argumenta Juan Carlos Antón. La concejal explicó a ambos que el informe de la empresa Surbisa, que reconoce la inhabitabilidad de la vivienda afectada por el siniestro, junto a las condiciones económicas de la familia, favorecerán la resolución de la petición. "Bienestar Social no puede otorgar las viviendas aleatoriamente porque las peticiones son muchas y la oferta pequeña. Hay unas 125 disponibles al año, aunque es una cifra irreal porque los nuevos contratos son por subrogación y al final sólo quedan libres 25 aproximadamente. Sin embargo, en el baremo de requisitos esta familia cuenta con muchos puntos", asegura la concejal. Pero, la familia de Luis Rey no es la única perjudicada. El fuego de San Francisco dejó a más vecinos a la deriva. En el piso inmediatamente superior al incendiado hay una buhardilla. Allí vivían cuatro hombres. Uno de ellos, un anciano de 76 años que deambula desde ese día por rumbos desconocidos. Tiene sus facultades mentales disminuidas y en el barrio se desconoce su paradero. Tampoco lo saben en el Departamento de Bienestar Social, empeñados en encontrarle por las calles e ingresarle en una residencia de ancianos, según resalta Begoña Gil. El piso 3º, la casa de Purificación Guijarro, que vive sola, tampoco se ha recuperado del agua lanzada por los bomberos para acallar el fuego. Carlos García, de 65 años, habitaba frente al piso siniestrado. En éste, el 4º derecha, no quedan en pie ni los tabiques. Al resto de viviendas, menos de la mitad, sus inquilinos regresaron una vez que superaron el miedo y la Ertzaintza desprecintó el portal. A todos ellos, Bienestar Social les concedió 240. 000 pesetas para hacer frente a los gastos más urgentes. Algunos, como la familia de Luis Rey, no ha percibido todavía la ayuda. Pero lo hará en los próximos días, asegura Begoña Gil, aunque reconoce que lo que necesita es un casa.