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Falsificadas más de 50 firmas de multas de tráfico en Santander

Empleados de la empresa que se encarga de notificar las multas de tráfico del Ayuntamiento de Santander han falsificado al menos 50 firmas de conductores a los que se daba por enterados de las sanciones aplicadas por infracciones a la circulación o aparcar indebidamente en zona azul, según fuentes municipales. El hecho se ha destapado cuando una funcionaria del propio departamento de sanciones se vio sorprendida por un aviso de sanción firmado con una rúbrica que no era la suya. El jefe de servicio comunicó el hecho al concejal de Hacienda, Eduardo Rubalcaba, quien inmediatamente solicitó una entrevista con el responsable de la empresa malagueña, Escuela de Formación y Asistencia Social, SL (EFAS), encargada de las notificaciones, para averiguar lo sucedido. La empresa puso en marcha una investigación y ha despedido a una empleada, supuesta autora de la notificación falsa.

Fuentes del ayuntamiento aseguran que, además del caso que afectaba a esta funcionaria, se han producido alrededor de 50 notificaciones falsas más. La corporación ha pedido un informe a la Escuela de Formación y Asistencia Social sobre el alcance y las circunstancias de las irregularidades.

Esta sociedad tiene como administrador único a Salvador Cambló Moyano, un exfuncionario de la Diputación de Málaga que a través de varias sociedades mantiene relaciones contractuales de prestación de servicios con varias corporaciones municipales, entre ellas la recaudación de impuestos municipales de la ciudad autónoma de Melilla. Este servicio lo obtuvo mediante una concesión adjudicada en junio de 1996 que suscitó una gran polémica, pues las tres empresas que compitieron por el contrato estaban participadas por Cambló. También se ocupa del cobro del agua para la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol, que preside Jesús Gil.

Sobresueldos

Fuentes de EFAS en Santander atribuyen la falsificación de las firmas de conductores sancionados al estrecho margen retributivo de los empleados y a la necesidad de cubrir un mínimo de notificaciones para conseguir un sobresueldo. La empresa se nutrió inicialmente de personas cualificadas a las que se les dio un curso de formación. Algunos de los empleados no han visto renovados sus contratos para dejar hueco a personas "recomendadas" del Ayuntamiento de Santander, extremo que ha negado rotundamente el responsable de la empresa.

Cambló asegura que la rescisión de contratos se debe exclusivamente a los ajustes de personal impuestos por el volumen de notificaciones. El empresario afirma no tener noticia alguna de que su empresa haya despedido a una empleada por falsificar firmas de notificaciones: "No existe tal falsificación. No me consta. Haremos averiguaciones".

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