VIAJE AL CENTRO El circo del PP
Quiero empezar advirtiendo que le tengo un enorme respeto al circo y, sobre todo, a cuantos a él se dedican y deseo que no se sientan molestos por comparar sus actuaciones con el pasado Congreso del PP; digo lo de circo, porque es lo que se dice cuando una cosa nos produce risa, mucha risa, y los populares han causado risa y estupor. Las ponencias elaboradas previamente para que teóricamente fueran discutidas en él presagiaban ya algo de lo que después ha ocurrido. Son los textos de la nada, apenas contienen algo más que algún que otro eslogan y frases que suenan bien, pero sin concreciones. Para la derecha ser de centro es ser deliberadamente ambiguo y no comprometerse con nada ni con nadie, así no hay riesgo de equivocarse. La realidad ha superado a las previsiones. Veamos: La cosa empezó con el bonito aperitivo de la recepción organizada en honor de los intelectuales y artistas, y ahí ha quedado la relación de asistentes; con absoluto respeto hacia las personas, la nómina no puede decirse que representase, ciertamente, "a la crema de la intelectualidad", ni que tuviese mucho que ver con eso del centro. Y no quiero herir sensibilidades, pero ahí quedó la cosa. Del propio desarrollo del Congreso se ha dicho ya mucho, pero se pueden señalar algunas cosas, de las dichas y de las hechas, por ejemplo, la escenografía montada al efecto: alguien ha señalado que le recordaba a la película de Charles Chaplin El Gran Dictador, y no va con segundas. Algo de caudillismo ha habido, sin duda, en los gestos y en las decisiones adoptadas. De la despedida de Álvarez Cascos como secretario general sólo destacaré que han vuelto a producir esa confusión, que cada día es más habitual entre ellos, entre las instituciones y el partido, y no se sabía muy bien en función de qué intervenía, si como secretario general saliente o vicepresidente del Gobierno. Porque esa es otra, mucho decir que Cascos sale de la dirección del partido para visualizar el viaje al centro, pero se queda de vicepresidente primero del Gobierno. ¿Es que el Gobierno no necesita viajes? Pero lo más bonito ha sido el epílogo de esa correspondencia mantenida entre el vicepresidente y el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, con reproches y amenazas recíprocas. No se la pierdan, ya hay fotocopias circulando. Insuperable. No ha habido debate ni tampoco elección, sólo designación por el líder, esa especie de Rey Sol en la que Aznar se ha convertido. Algunos botones de muestra: designa al secretario general una semana antes del Congreso, y de paso lo hace también con la presidenta del Senado, sin más formalidades inútiles; a las mujeres ya se sabe que las valora mucho, sobre todo si son mujer-mujer y les dice literalmente: "Yo no hablo de cuotas sino de responsabilidades y ahí estáis". "Gracias, señor, por haberte acordado de nosotras", le responden a coro. Aunque hay que decir que todavía no nos considera responsables del todo, hemos mejorado y esperamos ser buenas e incrementar nuestra "responsabilidad". Lo de Piqué ha quedado también muy bonito, ser de centro es tener maneras suaves y lo demás no importa; ni Ercros ni otras cosas, en un día se pasa de independiente a la dirección del partido. El jefe así lo ha querido y el montaje lo requiere y no hay más que decir al respecto. Lamentable. El colofón lo ha puesto el señor Fraga con eso de que el PP siempre ha estado en el centro; a algunos que tenemos cierta memoria histórica se nos revolvieron muchas cosas por dentro: nos acordamos del Fraga ministro de Franco, ese que decía lo de "la calle es mía" y hacía otras cosas que todo el mundo conoce. Ahora el centro es suyo... Y termino con dos cosas: Javier Arenas está ahí por dialogante, bien, pero los andaluces no olvidamos ni olvidaremos que mientras ha sido ministro y presidente del PP andaluz no ha negociado la aplicación de la población real andaluza en la financiación autonómica y eso que ésta es su tierra. Y por fin: ¿merecía la pena gastarse 100 millones de pesetas para esto? Y no exagero nada, repasen los periódicos de estos días y, sobre todo, las viñetas de los humoristas y verán que incluso me he quedado corta, así son las cosas.
Amparo Rubiales es diputada del PSOE en el Congreso por Sevilla.
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