Todos los partidos coinciden en que Cataluña debe mejorar su financiación
Todos los partidos asumieron ayer en el Parlament como objetivo para la próxima legislatura la mejora de la financiación de la Generalitat a partir del año 2001, planteada en noviembre pasado por el presidente, Jordi Pujol. El PP y los socialistas quieren que la mejora encaje en el conjunto del sistema estatal. La sorpresa la dio el diputado del PP Ignasi Oleart al afirmar que Cataluña "no tiene un buen trato fiscal", cuando fue el Gobierno de su partido el que pactó la actual financiación.
Con todo, Oleart advirtió de que su partido no apoyará propuestas que no beneficien por igual al resto de las comunidades autónomas. El consejero de Economía, Artur Mas, que presentó ayer en el Parlament la propuesta del Gobierno catalán para mejorar la financiación, recibió críticas de electoralismo. Aunque volvió a evitar dar cifras que no fueran porcentajes, el consejero dijo implícitamente que el objetivo es que el presupuesto de la Generalitat aumente en unos 700.000 millones y pase "de poco más del 10% del PIB actual al 15%". La Generalitat quiere recaudar todos los impuestos y retener luego el 60% del IRPF, la mitad del IVA y del impuesto de sociedades, y la totalidad de los impuestos especiales que gravan el alcohol, los carburantes y el tabaco. Asimismo quiere recaudar el impuesto sobre la matriculación de vehículos y sobre las primas de seguros. Mas insistió en comisión en que la propuesta del Gobierno catalán no es cerrada, sino "un punto de partida" para debatir con los partidos catalanes con vistas a negociar con el Gobierno central. El diputado socialista Martí Carnicer reclamó al Ejecutivo catalán que busque el consenso entre las fuerzas políticas y "evite caer en la tentación" de utilizar electoralmente el debate sobre la financiación. Carnicer invitó al Gobierno catalán a "hacer propuestas que encajen en el conjunto del sistema de financiación autonómica" español. La sesión parlamentaria tuvo algunos momentos de rifirrafe cuando Carnicer le recordó a Mas que habían aparecido roces entre su partido, CDC, y su socio, Unió, por la propuesta de una nueva financiación. El consejero los admitió, pero replicó que duraron "menos de 48 horas". "Para diferencias", dijo Mas, "las que muestran Pasquall Maragall y José Borrell sobre la gestión privada de los aeropuertos". El presidente del grupo de IC-V, Rafael Ribó, y el de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, fueron los más críticos con la intervención del consejero catalán. Ribó le pidió "más modestia" y le recordó que su Gobierno dijo que obtendría 200.000 millones más de ingresos con el actual sistema. Carod-Rovira defendió la mejora fiscal, pero reprochó que el Gobierno catalán haya tenido "19 años de vacaciones fiscales, los mismos que Jordi Pujol lleva como presidente".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.