El GIL se lanza a la conquista de Ceuta, Melilla y La Línea, las tres "fronteras calientes" de España

Si Jesús Gil fuese alcalde de Ceuta, la Junta no podría vetarle el Plan de Ordenación Urbana, pues el presidente autonómico sería él mismo. Si aplicase en Ceuta la política de limpieza de Marbella -expulsando a prostitutas y mendigos-, provocaría probablemente un conflicto con Marruecos. Ceuta fue la ciudad elegida por el Grupo Independiente Liberal (GIL), encabezado por Jesús Gil, para lanzar ayer su campaña electoral del 13 de junio. Faltó el líder, pero estuvieron los candidatos a nueve ayuntamientos, incluidos Ceuta, Melilla y La Línea, las tres fronteras más calientes de España.

Jesús Gil Marín, alcalde de Estepona (Málaga) e hijo del presidente del GIL, reconoció ayer la "ubicación geopolítica estratégica y delicada" de los municipios que aspiran a gestionar y se mostró dispuesto a realizar "los gestos" necesarios para "tranquilizar al Gobierno central". Pero para conquistar una plaza hay que conocerla. Así que lo primero que hicieron los candidatos del GIL fue recorrer en autobús sus 19 kilómetros cuadrados con un guía que les ilustró sobre las peculiaridades históricas y geográficas del paisaje y el paisanaje. No hubo, eso no, baño de multitudes, impensable en ausencia del líder, ocupado últimamente por sus problemas con la justicia.

El GIL alega que ha sido la demanda de los vecinos la que le ha empujado a saltar el Estrecho. Pero ninguno de sus cabezas de lista tiene relación con ambas ciudades.

Un ex alcalde y un hostelero

El candidato por Ceuta, Antonio Sampietro, es un exalcalde de San Pedro de Alcántara (Málaga) que se empadronó hace poco en la ciudad. Y el de Melilla, Cris Lozano, es un hostelero con negocios en Marbella menos popular que su esposa, la modelo Jacqueline de la Vega.Más allá de los rumores, el GIL cuenta en Ceuta con el respaldo de varias decenas de tránsfugas del PP y alguno del PSOE. El más conocido es José Eladio González, exsecretario de Acción Electoral del PP, a quien sus antiguos correligionarios acusan de llevarse y utilizar en provecho del GIL el registro de afiliados.

La irrupción del partido ha causado un terremoto en el mapa político ceutí. Pero Ricardo Muñoz, presidente del PP, el más amenazado por el nuevo competidor, está convencido de que los caballas (apelativo coloquial de los ceutíes) no se dejarán deslumbrar por la propaganda del GIL.

El delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro, no minimiza, sin embargo, la cuestión. "Fenómenos de inseguridad ciudadana, inmigración y desempleo", los mismos que reflejan las encuestas como preocupaciones de los ceutíes, "dieron lugar en Francia a Le Pen y pueden servir de caldo de cultivo para fenómenos como los partidos del atajo, ligados a conductas de extrema derecha". Moro elude citar por su nombre al GIL y añade que "Ceuta no se merece trago tan amargo".

Hay quien piensa que la decisión de pelear por Ceuta y Melilla no es firme. Abona esta sospecha el hecho de que Jesús Gil aún no ha visitado Ceuta. Mientras llega, sus seguidores regalan desde hoy 10.000 copias de un CD con los himnos de la ciudad y su patrona y un mensaje en el que Gil promete una ciudad moderna, próspera y "con tranquilidad asegurada".