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La policía detiene a nueve personas y se incauta de 3.800 kilos de hachís

Un total de 3.800 kilogramos de hachís, nueve detenidos en España y dos en Francia y una banda de narcotraficantes desarticulada es el balance de una operación de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco), del Cuerpo Nacional de Policía. La banda estaba estructurada como una empresa: con su división de importación con personal especializado en comprar hachís en Marruecos; su división de transporte, que llevaba la droga a dos almacenes de Terrassa y Lliçà de Vall, en el Vallès; la división de distribución, que transportaba la droga al norte de España; y su división de exportación, encargada de transportar la mercancía a Gran Bretaña, Bélgica, Holanda y Luxemburgo.

Siete de las nueve personas de la banda tienen antecedentes policiales por tráfico de estupefacientes. La organización estaba dirigida por un triunvirato formado por Ildefonso N. G., de 32 años, Raimi B. B., de 36, y Manuel M. S., de 64. Los dos primeros eran los distribuidores al menor de la droga, operación que desarrollaban desde Cataluña; el tercero era el cerebro financiero y controlador de los procesos de almacenaje y transporte del hachís. Además de la droga, a los componentes de la banda la policía les ha intervenido ocho lujosos automóviles de gran cilindrada, 14 millones de pesetas en efectivo y -novedad en este tipo de intervenciones- cinco cabezas tractoras de camión y un remolque, así como varios relojes y tres kilogramos de joyas de oro y pedrería. Las investigaciones de los hombres de la Udyco, dirigidos por el comisario Manuel Díaz Suárez y por el inspector jefe Jordi Martí, se iniciaron a final del verano. La importancia de la operación, que llevaba el nombre clave de Nadal -porque se pensaba que estaría madura de cara a las pasadas Navidades-, no radica sólo en el hecho de la incautación de casi cuatro toneladas de droga, sino, sobre todo, en la desarticulación de toda la banda. "Cuando encontramos un alijo de droga y no podemos detener a la banda que trafica con ella, lo único que conseguimos es encarecer el producto", explica, realista y sarcástico, el jefe superior de Policía de Cataluña, Francisco Arrebola. La droga atravesaba el Estrecho de Gibraltar en planeadoras o escondida en camiones embarcados en transbordadores. Se almacenaba en lugares de la costa andaluza y se cargaba en camiones -uno de los detenidos era el dueño de varios de estos vehículos- para ser almacenada al mayor en las naves industriales de Terrassa y Lliçà de Vall. El hachís salía entonces en partidas de 200 o 500 kilogramos hacia Vitoria y San Sebastián o hacia los países del centro de Europa. En Marruecos, un kilogramo de hachís polen, que tiene el 30% más de principio activo que la resina, puede costar unas 180.000 pesetas. Cuando pasa el Estrecho, su precio se dobla; al llegar a Barcelona, se triplica; y si se vende en Gran Bretaña alcanza un valor seis veces mayor.

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