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El Gobierno levantará otra valla en Ceuta porque la actual no frena a los inmigrantes

Miguel González

Una frágil valla de alambre de 2,5 metros de altura no basta para detener la creciente ola de inmigrantes ilegales que recorre media África para llegar ante Ceuta, puerta de entrada al paraíso europeo. Cinco años y 5.680 millones de pesetas después de su inicio, las obras de impermeabilización de la frontera con Marruecos no sólo no tienen plazo de finalización ni presupuesto definitivo, sino que se enfrentan ya a su primera reforma. La verja exterior será derribada en breve para sustituirla por otra de acero galvanizado, que se elevará 3,10 metros y será reforzada con una alambrada de espino.

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Los casi 2.000 subsaharianos que se hacinan en el campamento de Calamocarro, con capacidad para 500 personas, son la prueba palpable de que las obras de impermeabilización de la frontera de Ceuta con Marruecos constituyen un fiasco sin paliativos. Aunque nunca se había dado tal concentración de inmigrantes ilegales y su precaria situación es una fuente permanente de conflictos (Calamocarro resultó arrasado en diciembre por un incendio), el delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro, ha anunciado que no serán evacuados hasta asegurarse de que la valla que rodea la plaza española ha dejado de ser un coladero. Las obras de impermeabilización de los 8,3 kilómetros de frontera fueron adjudicadas en noviembre de 1993 a la empresa Cubiertas y MZOV (hoy fusionada con Entrecanales en NECSO), por 3.500 millones de pesetas. Tras sucesivas ampliaciones y prórrogas, las inversiones suman ya 5.680 millones de pesetas y fuentes oficiales dan por hecho que sobrepasarán los 6.000.

Sin estudio geológico

Aunque ya están concluidas las dos verjas que rodean el perímetro fronterizo, la acera de 2,5 metros que las separa, la carretera de circunvalación por la que patrullan la Guardia Civil y el Ejército y la red de focos halógenos, sensores volumétricos y cámaras de vídeo, todavía no hay fecha para su entrega definitiva a la Administración. La obra no podrá recepcionarse hasta que se reparen los daños producidos el año pasado por las lluvias, que arrasaron al menos 200 metros de carretera y valla. ¿La causa? Cuando se diseñó tan costosa obra no se tomó la precaución de realizar un estudio geológico, según admiten las fuentes consultadas, para prevenir la posibilidad de desprendimientos. La reparación sería relativamente sencilla si los expertos no temieran que los desplazamientos de tierra hayan dañado seriamente el cableado subterráneo de fibra óptica que permite funcionar a sensores y cámaras.

Por tanto, antes de reparar los desperfectos, habrá que comprobar el estado del sistema de vigilancia recién instalado y proponer soluciones (la más costosa, obviamente, sería levantar toda la acera para tender un nuevo cableado), además de reforzar los puntos más frágiles del perímetro fronterizo, para evitar que se repitan los desprendimientos.

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Sin embargo, el Gobierno ha decidido posponer el arreglo de los daños para acometer con carácter urgente el reforzamiento del primer obstáculo físico con el que tropiezan los inmigrantes a su llegada a Ceuta: la doble cerca de alambre. Fuentes de la Delegación del Gobierno admiten que es fácil romperla con unos alicates -de lo que dan fe sus incontables agujeros- y que no hay que ser un atleta para superar trepando sus 2,5 metros de altura. Durante una visita de inspección a Melilla, en otoño pasado, Moro pudo comprobar que la verja construida en la ciudad vecina, cuya finalización está prevista para el verano, es más alta y resistente que la ceutí, pese a contar con un presupuesto muy inferior: unos 2.000 millones.

Los ministerios de Interior y Fomento han decidido aplicar en Ceuta las ventajas de la obra de Melilla. Para ello, la valla exterior de las dos que rodean la ciudad será derribada y en su lugar se construirá otra de material blindado y 3,10 metros de altura. Además, aunque se mantendrá la actual verja interior, ambas serán recubiertas con una malla de concertina o alambre espinoso.

La construcción de esta nueva cerca, al contrario que la reparación de los daños, no constituye una mera ampliación o modificación del proyecto inicial. Se trata, desde el punto de vista administrativo, de una obra nueva, por lo que habrá que aprobar el correspondiente expediente por el procedimiento de urgencia.

Diferente orografía

El Gobierno ha encargado a la empresa pública de ingeniería Initec -la misma que actuó como consultora técnica para la verja de Melilla, realizada por Ferrovial- que en el plazo de 10 días presente un informe sobre las características de la obra, su presupuesto y plazo de ejecución, con el objetivo de que los trabajos se inicien en un mes.Todo apunta a que, por razones de rapidez, NECSO será también la adjudicataria de la nueva valla. EL PAÍS intentó obtener una versión de la empresa sobre los problemas que hasta ahora han rodeado las obras, pero un portavoz se limitó a atribuirlos al "perfil geológico del terreno".

Según los expertos, la orografía de la frontera ceutí es mucho más complicada que la de Melilla, que contaba además con la ventaja de una carretera construida en los años ochenta.

Estas diferencias no justifican, sin embargo, errores de diseño, como la escasa altura y fragilidad de la verja o la falta de estudios geológicos, que fuentes de la Delegación del Gobierno achacan a la excesiva prolongación de las obras y a los numerosos cambios que se han producido en los responsables de la Administración.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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