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El abuso de fármacos aumenta las alergias

Los medicamentos causan la mitad de las consultas por reacción alérgica en adultos

Una de las alergias más frecuentes en los adultos es la causada por medicamentos. Se calcula que entre el 8% y el 10% de la población española está diagnosticado de reacción adversa desencadenada por el consumo de fármacos y más del 50% de las consultas de alergia en adultos son por medicamentos. "El incremento en los últimos años de la alergia a fármacos, mucho más prevalente en los adultos que en los niños, está motivado por el progresivo aumento en el consumo de estos productos y por la autoprescripción. Es importante insistir en que sólo se tomen medicamentos cuando sea estrictamente necesario, y siempre bajo receta médica", subraya Consuelo Martínez Cócera, presidenta de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica (SEAIC). La mayoría de los pacientes acude al especialista varios años después de haber tenido una reacción adversa, "porque ésta no ha sido muy alarmante o porque lleva tiempo de peregrinaje por diferentes médicos". Según Martínez Cócera, no todas las reacciones adversas a fármacos son de tipo alérgico: "A pesar de que más de la mitad de las consultas de adultos en un servicio de alergia se deban a fármacos, no todas se confirman, ya que algunas reacciones son por intolerancia".

Mientras que en la respuesta alérgica el sistema inmunológico produce los anticuerpos IgE y libera histamina, una sustancia tóxica que es la causante del proceso inflamatorio y los síntomas de alergia, en la reacción de intolerancia no interviene ningún mecanismo inmunológico y, aunque todavía no está confirmado, se cree que las causas podrían estar relacionadas con alguna alteración metabólica genéticamente determinada.

Martínez Cócera advierte que es importante acudir al médico de cabecera ante la sospecha de una reacción alérgica, cuyas manifestaciones más habituales son urticaria local o generalizada, picor y exantema. En este caso aconseja llevar el fármaco que se estén tomando. "Esto facilita bastante el diagnóstico", puntualiza. "Si el paciente acude mucho tiempo después de la reacción y no recuerda qué había tomado es muy complicado averiguar qué medicamento es el responsable, ya que todos son potencialmente alergénicos".

En palabras de Gabriela Canto, coordinadora del comité científico de alergia a medicamentos de la SEAIC, el diagnóstico de cualquier proceso alérgico siempre debe hacerlo un alergólogo y las pruebas tienen que realizarse en un centro con todo lo disponible para poder atajar una eventual reacción de anafilaxia, la más grave de todas las respuestas alérgicas, que puede causar la muerte si no es tratada de inmediato.

"Un problema muy común", dice, "es que, para no incrementar aún más las listas de espera de los servicios hospitalarios de alergia, los pacientes sean remitidos a los llamados centros concertados de la Seguridad Social, que suelen ser consultas con médicos que no son alergólogos. Hacen el diagnóstico en media hora a partir de los síntomas y otros datos de la historia clínica y de algunas pruebas cutáneas. Nunca realizan pruebas de provocación, que en el 50% de los casos son necesarias para poder confirmar el diagnóstico, porque no podrían hacerlo frente a una anafilaxia". Según Canto, se producen numerosos diagnósticos erróneos, y la práctica más habitual en estos centros es que, "para curarse en salud , comuniquen al paciente que es alérgico a un alto número de fármacos, cuando posiblemente lo sea a uno solo".

Un diagnóstico erróneo impide que el paciente sea tratado adecuadamente y "muy a menudo incrementa el gasto sanitario público, porque, si no está satisfecho, emprende un peregrinaje por varios médicos e incluso, aunque acceda a un buen servicio hospitalario, quiere ir al de otro hospital para comprobar si coincide el diagnóstico".

Antibióticos

Martínez Cócera subraya que la SEAIC ha denunciado esta situación varias veces a las autoridades sanitarias y sostiene que el problema se resolvería creando plazas de alergología en los ambulatorios y centros de especialidades. Ahora esta especialidad es casi exclusivamente hospitalaria. En estos momentos, los fármacos que causan más alergias, por el consumo masivo y en muchos casos no justificado que se hace de ellos, son los antibióticos del grupo de las betalactamasas (penicilina, amoxicilina y otros); las pirazolonas, pertenecientes al grupo de antiinflamatorios no esteroideos, que se utilizan para tratar los reumatismos o como analgésicos para calmar el dolor, y la trimetrosulfa, del grupo de las sulfamidas.

Cuando se produce un proceso alérgico debe suspenderse inmediatamente el tratamiento.Normalmente existe una alternativa y sólo excepcionalmente el paciente necesita ese medicamento, porque no existe un posible sustituto. En este caso, para evitar una posible anafilaxia, el paciente debe ser ingresado en una unidad de vigilancia intensiva, en la que se le irá desensibilizando poco a poco, hasta que el organismo admita de nuevo el fármaco.

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