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Marcha sí, pero de otra clase

El Ayuntamiento de Mijas combate los problemas de la movida juvenil abriendo el polideportivo por la noche

Rocío y Sandra tienen 15 años. La edad en la que uno todavía no es lo suficientemente mayor para andar entre mayores pero en la que empieza a resultar ofensivo que condenen a uno a quedarse con los pequeños. Si fuera un fin de semana cualquiera, estarían rondando las puertas de los bares de Mijas Costa hasta la una de la madrugada, hora que tienen impuesta para volver a casa. Pero esta noche sí tienen plan: darse una vuelta por el polideportivo municipal, donde se ha montado una marcha nocturna en la que sí tienen cabida ellas. Y es que el Ayuntamiento de la localidad malagueña de Mijas (PSOE) ha tenido una idea para combatir los problemas de la movida juvenil que resulta, cuanto menos, digna de tenerse en cuenta: abrir el polideportivo municipal hasta las tres de la madrugada y organizar actividades atractivas para los chavales. Hay concursos y competiciones deportivas, juegos acuáticos en la piscina, conciertos, y hasta videojuegos. 25 monitores del Área de Juventud se encargan de que todos los chavales se diviertan. El responsable de todos ellos es Marco Antonio Casado. Va de un lado a otro supervisando actividades y atendiendo, tímido y amable, a los periodistas que curiosean por la zona. "Esperábamos a unos 1.000 chicos, pero parece que van a ser más", dice. No tiene que jurarlo. Aparte de una caterva interminable de chavales entre los 11 y los 20 años, andan por allí algunas decenas de padres solícitos que han decidido participar de la juerga con sus hijos. Los chicos parecen encantados. La música que tantas veces les obligan a bajar en casa reverbera en todas las esquinas del polideportivo. Van de un sitio para otro, olisquean las distintas posibilidades y guardan una cola civilizada delante del chiringuito que más les gusta. "Aquí no hay nada planeado de antemano", subraya Casado. "Los chavales llegan y se inscriben sobre la marcha en las actividades. Cuando les llega el turno de participar, tienen un máximo de 15 minutos. Así todos pueden hacer de todo". Y por haber, hay de todo. El ayuntamiento ha embarcado a algunas empresas en la experiencia, y a los ganadores de los distintos concursos se les premia con camisetas, refrescos y gorras. Hay dardos, torneos de mates y triples de baloncesto, balonvolea acuático, tiro con arco, baile... La piscina está abarrotada. Cecilia, la monitora encargada de repartir gorros de baño a los chavales, no da abasto. "Entran y salen sin parar. No creo que aguanten así toda la noche", se ríe. Los más pequeños coquetean con los fotógrafos y cámaras de prensa antes de lanzarse al agua. "¿Me puedo tirar ya?", pregunta zalamera una bañista de 10 años. Alrededor de ella, otros niños y jóvenes entran y salen del recinto chorreando agua, vigilados por monitores y socorristas. Pero el espacio más concurrido es el de las maquinitas. Una conocida marca ha cedido monitores con los últimos videojuegos del mercado. Si no fuera por la música, en esa zona se escucharía hasta el vuelo de una mosca. "Es lo que más éxito ha tenido", reconoce Casado. Los chavales de la cola recuerdan a los más enganchados que hay gente detrás: "¡Joé, Ignacio, para eso te quedas en tu casa!", se desespera uno. Rocío y Sandra no juegan a nada. Han dado una vuelta por todo el recinto y luego se han sentado con unas amigas delante de la salida de la piscina. "Esto está bien, pero yo lo que quiero es tener edad para ir a la discoteca", dice una. Para eso no hay remedio.

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