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Las piedras de la discordia

Alejandro Bolaños

El antiguo Hospital de las Cinco Llagas se despereza. La sede de la Cámara autonómica hiberna desde Navidades, pero los debates parlamentarios volverán a partir de febrero a este edificio renacentista, cuyos muros alternan materiales con cuatro siglos de historia y calizas extraídas hace apenas una década. Una cantera granadina de Padul suministró en 1992 piedra para la conversión del hospital en Parlamento. Ahora, la Junta ha decidido expropiar terrenos municipales y del Parque Natural de Sierra Nevada en favor de la explotación San Sebastián por "su importancia económica y social". El acuerdo del Consejo de Gobierno del pasado 29 de diciembre ha sido mal recibido por la corporación municipal. "El próximo lunes celebraremos un pleno pero ya puedo anticipar que vamos a recurrir", asegura Cipriano Duarte, alcalde (IU) de esta localidad situada en el límite occidental de Sierra Nevada. La ocupación de 323.158 metros cuadrados afecta, sobre todo, al monte Manar, propiedad del Ayuntamiento. Como recoge la orden, los terrenos también incluyen "un extremo del Parque Natural" cuajado de pinos de repoblación. "El Plan de Uso del Parque permite concesiones mineras en terrenos forestales", recuerda el delegado provincial de la Consejería de Industria, Mariano Gutiérrez, quien añade que "las canteras estaban abiertas antes de que Sierra Nevada fuera protegida". El Consejo de Gobierno convirtió en definitiva "la prevalencia de la utilidad pública minera" que ya había asumido la Consejería de Medio Ambiente en 1991 cuando concedió a Áridos Los Linos el permiso de ocupación temporal de suelos. En realidad, el respeto al medio ambiente tiene poco que ver con la polémica. La decisión de la Junta ha descabalado las cuentas del Ayuntamiento. El Gobierno municipal cobra desde 1991 un canon a las cinco canteras de dolomías (roca formada por el carbonato doble de cal y magnesia) por extraer en cerros públicos. Las arcas locales contabilizaron el año pasado un ingreso de 40 millones de pesetas gracias a este impuesto montés de 17 pesetas por tonelada de piedra. Los propietarios de la explotación San Sebastián debían haber pagado (el Ayuntamiento dice que no lo hizo) 16 millones de pesetas sólo en 1998. La decisión del Gobierno autonómico rebaja esta obligación anual a una fianza de 600.000 pesetas y a un depósito único de 8.500.000 por la ocupación, que se deducirá del precio que pacten con el consistorio. Un acuerdo que parece poco probable. En el Ayuntamiento mantienen que la dolomía que se extrae en la cantera San Sebastián va a seguir usándose como material de construcción y no como aditivo de altos hornos o para hacer cementos. Este nuevo uso industrial es lo que permitió a Áridos Los Linos solicitar la ocupación de los terrenos. "Expropian al Ayuntamiento para crear un monopolio", acusa el alcalde quien advierte de que las otras cuatro canteras tendrán que negociar con los propietarios de San Sebastián para extraer en el monte Manar. "No queremos quitarle nada a nadie" se defiende José Linos, uno de los cuatro hermanos que rigen la explotación. "Es incierto que las otras canteras trabajen en ese monte", matiza. La suya paró en 1991 porque "el Ayuntamiento quería demasiado dinero". Linos confirma que este Gobierno municipal le ofreció un permiso de 20 años pero "con condiciones leoninas". Ahora extraer la piedra que también fue usada en la restauración de la Mezquita de Córdoba le saldrá más barata.

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