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XIII CONGRESO DEL PP

Asesores de Aznar y dirigentes de la FAES diseñaron la táctica del giro al centro del PP

José María Aznar decidió, primero, cuáles debían ser las ponencias a debatir en el congreso del PP y, después, a quiénes se les debía encomendar, para que la opinión pública viera en ellos una imagen más centrada del partido, después de que desbrozaran el camino asesores de su gabinete en La Moncloa y destacados miembros de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales. La FAES es el equipo de asesoramiento creado por Aznar en 1989 y que cumple su encargo de captar propuestas y expertos para la elaboración de sus discursos y del programa electoral del PP.

La Fundación para el Análisis y Estudios Sociales, donde Aznar ha reunido a muchas de las personas que le merecen más aprecio intelectual y a la vez confianza personal, le sirvió al líder del PP para dar el primer impulso y marcar la orientación de los mensajes que quería transmitir a través del congreso de su partido. Unos mensajes que parecen responder a una pretensión primordial: limar todo tipo de aristas, ofrecer un perfil político amable para un electorado de amplio espectro y evitar pronunciamientos que se conviertan en ataduras.Para ayudar a ese propósito, fue desechada la tradicional elaboración de ponencias sectoriales, donde resulta más visible el contraste entre los problemas existentes y las respuestas ofrecidas, y se acordó la redacción de sólo cuatro ponencias de enunciado muy genérico y de contenido tan heterogéneo como, a la postre, poco comprometedor.

Ésa fue una de las conclusiones de la primera reunión que mantuvieron, el pasado otoño, en la sede de la FAES, el jefe del gabinete del presidente del Gobierno, Carlos Aragonés; el director del departamento de estudios de ese gabinete, Eugenio Nasarre, y otros asesores de Aznar en La Moncloa con destacados miembros de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales. Tanto esa reunión como otra posterior con similares asistentes fue mantenida en la máxima reserva, siguiendo la tónica general que Aznar desea para las actividades de su fundación.

El líder del PP sigue figurando como presidente de la FAES, con la salvedad explícita de que está "en la actualidad en situación de suspensión temporal voluntaria de sus funciones" -que ahora desempeña el ex ministro de Exteriores con UCD José Pedro Pérez Llorca- al igual que otros patronos a los que ha convertido en altos cargos de la Administración y de empresas con capital público. El poder que hoy controlan indica que Aznar había reunido en la dirección de la FAES a un selecto grupo de personas a las que pensaba colocar, tras una victoria electoral que calculaba iba a ser muy amplia, en cargos muy influyentes. De hecho, situó en la presidencia de Telefónica a Juan Villalonga; nombró a Esperanza Aguirre ministra de Educación; a Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cultura; a José María Michavila, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes; a Juan Fernández-Armesto, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores; auspició la llegada de Miguel Blesa a la presidencia de Caja Madrid; respaldó el ascenso de Manuel Pizarro a la presidencia de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, la elección de Alejandro Muñoz Alonso como presidente de la Comisión de Defensa del Congreso, y, hace pocas semanas, nombró director general de RTVE a Pío Cabanillas, todos ellos vocales del patronato de la FAES.

Aznar fundó la FAES en Valladolid, en 1989, de la mano de Miguel Ángel Cortés, amigo suyo y entonces portavoz del PP en el Parlamento de Castilla y León, cuando él presidía el Gobierno regional, si bien la fundación no adquirió relieve y máximo rendimiento hasta 1991, cuando la convirtió en un laboratorio de ideas y en un centro de reunión para prestigiosos profesionales dispuestos a colaborar con él, de forma reservada, en su carrera hacia La Moncloa. En la primavera de 1997, la FAES le sirvió para recuperar, en cierta medida, a Alejo Vidal-Quadras, después de haber aprobado su sustitución como presidente del PP de Cataluña. Vidal-Quadras, el dirigente popular con un discurso más hostil, y brillante, contra el nacionalismo, fue ubicado en Madrid como coordinador general de la FAES, lo que equivale a ser su responsable político.

Proyección pública

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Diversas fuentes del PP reconocen estos días, en vísperas ya de su congreso, que la elección por parte de Aznar de los responsables de las ponencias que serán debatidas no estuvo impulsada principalmente por la autoridad de cada cual sobre los temas puestos a su cargo, sino por el deseo de premiar su gestión y de distinguirles como "personas de futuro". De los dos vicepresidentes del Gobierno, Aznar escogió a Rato, y le encomendó además la ponencia de perspectiva más amplia -"España en un mundo global"- y, por tanto, de mayor proyección política.A Javier Arenas, al que meses después iba a designar como candidato a secretario general, le encargó la ponencia titulada España plural, un proyecto de futuro. Un texto que abarca desde el Estado de bienestar a la construcción de la Unión Europea, pasando por el Estado de las Autonomías, capítulo éste último que parecería más propio de un dirigente autonómico, sobre todo cuando a Eduardo Zaplana, presidente de la Comunidad Valenciana, se le encargó una ponencia que bien podría haber escrito el hasta ahora ministro de Trabajo, ya que lleva por título La España de las oportunidades.

Pero algunos dirigentes del PP no pierden de vista que, por encima de la perplejidad inicial -que alcanza también el encargo del documento sobre La España de las libertades a una alcaldesa, Luisa Fernanda Rudi (Zaragoza)-, la distinción que entraña haberles escogido sugiere su promoción en futuros nombramientos.

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