La construcción de la "pata sur" ha regenerado parte del río Llobregat
La construcción de la pata sur de las rondas, que se abrirá parcialmente al tráfico hoy, ha llevado consigo la regeneración ecológica de las márgenes del Llobregat a lo largo de cinco kilómetros y su acondicionamiento para uso público. La recuperación del río ha venido dada por el estudio de impacto ambiental que acompañó al proyecto. El cumplimiento de las directrices del estudio ha obligado al Ministerio de Fomento a invertir unos 900 millones de pesetas. Fomento asegura que el único impacto que se va a producir "proviene de la misma ocupación de la obra". Las actuaciones que han permitido la regeneración del Llobregat en el tramo comprendido entre la carretera comarcal C-245 y la autovía de Castelldefels han consistido en la replantación de árboles y arbustos de ribera, y la creación de pequeños bosques y senderos para facilitar el uso social del río. En total se han plantado más de 40.000 árboles y arbustos. Además se han soterrado casi dos kilómetros de líneas eléctricas de la zona y se han repuesto otros cinco kilómetros de tendido aéreo. Nuevo canal El resto de las actuaciones medioambientales son de carácter hidráulico. Así, se han construido un canal y unas balsas para asegurar el drenaje de los acuíferos interceptados por los nuevos viales. El sistema, que tiene una capacidad de 130.000 metros cúbicos, permite que en caso de grandes lluvias el canal y las balsas se llenen y desagüen lentamente en el río para evitar la erosión que podría provocar la avenida de agua. Fomento abrirá mañana el enlace de la pata sur con el aeropuerto y la autovía de Castelldefels. El enlace con la autopista A-16, que requerirá cortar parcialmente la autopista para completar los trabajos que faltan, no entrará en servicio hasta mediados de febrero. Además del tronco central de la nueva vía, las obras han consistido en la construcción de cuatro enlaces. El primero de ellos es el nudo del Llobregat, que permite la conexión de la pata sur con la Ronda Litoral y la de Dalt. El segundo enlace es el de El Prat, del que parten dos ramales, uno hacia esa población y otro hacia Sant Boi. Al llegar a la autovía de Castelldefels, a la altura de la carretera B-201, aparece el enlace central, entre la autovía y la A-16. Desde este punto, la nueva carretera se bifurca. Dos carriles van hacia la autovía y el aeropuerto, y otros dos conectan con la autopista. Este último tramo, de apenas 200 metros de asfalto en los que hay que ajustar la rasante y pintar y colocar las señalizaciones correspondientes, es el que falta por completar. La pata sur suma un total de siete kilómetros. En su construcción, prevista inicialmente para la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1992, se han invertido un total de 9.000 millones de pesetas.
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