Arden tres plantas del rascacielos de la plaza de Urquinaona de Barcelona
Un violento incendio se declaró ayer a las cuatro de la tarde en una planta del rascacielos de 22 pisos de la plaza de Urquinaona de Barcelona, en pleno centro de la ciudad. Las llamas causaron elevados daños materiales, pero no víctimas: sólo cuatro heridos leves, tres de ellos bomberos intoxicados por el humo. El fuego empezó en la planta 12ª, posiblemente por la combustión de unos disolventes, ya que en ella se efectuaban trabajos de pintura, y se extendió de forma fulminante a las plantas 12ª, 13ª y 14ª. Desde la calle, la virulencia y espectacularidad de las llamas, que salían por todas las ventanas y orificios de las plantas siniestradas, presagiaban una tragedia de enormes dimensiones. La hora en que se desató el fuego cogió fuera del edificio o regresando de comer a la inmensa mayoría de las personas que trabajan en las múltiples oficinas y empresas instaladas en el rascacielos. Seguramente, esta costumbre tan española de interrumpir el trabajo al mediodía para destinar dos horas a la comida fue la circunstancia que actuó favorablemente para impedir que el fuego causara víctimas mortales. Las hipótesis iniciales de los Bomberos de Barcelona señalan que el fuego se originó en la planta 12ª hacia las 14.30, poco después que los operarios que realizaban las obras de reforma en un despacho se fueran a comer. Al principio, el fuego no pudo ser descubierto porque "actuó de forma larvada, latente", señala Jordi Murtra, director de los Bomberos de Barcelona. Fue a partir de las 15.55 cuando las llamas ya actuaron sin cortapisas y se mostraron de forma manifiesta escalando en pocos minutos hacia las dos plantas superiores. El desencadenante del incendio, unido a la alta combustibilidad de algunos materiales, como moquetas, plásticos y papel, presentes en toda oficina, propiciaron el fuego. PASA A LA PÁGINA 6
