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Ciudad del Cabo denuncia que le ofrecieron la compra de votos

El aluvión de reacciones por la corrupción en el Comité Olímpico Internacional no ha cesado. Cubren todos los frentes. Un diario de la importancia de The New York Times pidió ayer en su editorial la dimisión de Juan Antonio Samaranch quien, por el contrario, escuchó el apoyo de los principales patrocinadores del movimiento olímpico. Sin embargo, la secuela de los escándalos continúa: Chris Ball, director ejecutivo de la candidatura de Ciudad del Cabo (Suráfrica), perdedora ante Atenas para la organización de los Juegos del 2004, denunció ayer a la agencia Reuters el ofrecimiento de dos intermediarios, al menos, para comprar el voto de los miembros del COI en la elección de septiembre de 1997. La intervención de asesores en todas las elecciones ha sido uno de los apartados que aún sigue investigando el COI dentro de la cadena de escándalos iniciada en Salt Lake City 2002.El partido de los Verdes alemán envió ayer un informe al COI en el que se especificaban los gastos hechos por la candidatura de Berlín, también perdedora para los Juegos del año 2000 ante Sidney. En la cifra de los gastos efectuados se detalla que 1,33 millones de euros (unos 220 millones de pesetas), de los 44 totales (7.300 millones de pesetas) se dedicaron a atender a 56 miembros en viajes, alojamientos y regalos. Sin embargo, difícilmente seguirá su curso una investigación en el COI, salvo en los regalos, porque se incluyen pagos lógicamente a cargo de la candidatura, como trasladar de Stuttgart a Berlín a Samaranch en un avión privado por medio millón de pesetas.

Ataques y apoyos

Al igual que la prensa inglesa, la estadounidense ha sido unánime en pedir la dimisión de Samaranch. "Cambiad al patriarca olímpico" tituló un editorial The New York Times, que denuncia que el COI es un órgano no democrático, se mueve en el secreto y no rinde cuentas a nadie. Por su parte, USA Today señala: "El haber cerrado los ojos ante lo que estaba ocurriendo justifica su dimisión".Los ataques de la prensa, sin embargo, contrastan con la defensa casi general que desde el propio mundo olímpico está recibiendo el presidente. Apoyado en ello, Samaranch repite una y otra vez que no dimitirá, porque no se siente culpable y porque no es su estilo abandonar algo cuando hay problemas. Se siente fuerte porque la mayoría de los miembros que le han refrendado en el cargo hasta cuatro veces desde su elección en 1980 le siguen diciendo que siga: "Ellos son los que me han votado, no otra gente", ha dicho, "y por eso les volveré a pedir su opinión en la sesión de marzo, sólo a ellos". Ayer mismo, en el diario francés Le Monde, añadió: "Y si no tengo su apoyo me iré".

Las cadenas de televisión y los grandes patrocinadores del olimpismo, mayoritariamente norteamericanas, expresaron su confianza en el COI y en su presidente. Con ello, parece asegurado para el COI el billón de pesetas que han firmado para los próximos 10 años la NBC, sobre todo, y firmas como Coca Cola, Panasonic, McDonald's o Kodak, entre otras.

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