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Un herbario no es un herbolario

DIVULGACIÓNFRANCISCO J. TITOS, Granada Raro es el día en que los responsables del herbario de la Universidad de Granada no sacan a algún despistado -o no tanto- de su error. "En un herbolario no. Trabajo en un her-ba-rio. Yo no vendo plantas medicinales, sino que las recojo, las seco, las identifico y las archivo con fines científicos", suele versar su explicación. Para que el equívoco entre los no iniciados sea cada vez menor y la desesperación de los botánicos también mengüe, la docta institución granadina ha decidido crear unas jornadas de puertas abiertas de su herbario y explicar a los escolares de la ciudad su función y sus contenidos. El programa comenzó en septiembre del pasado año y concluirá en junio. De él se han beneficiado, por ahora, unos 300 alumnos de entre nueve y 18 años procedentes de siete centros de la capital. La dirección del herbario, ejercida por la profesora Concepción Morales, no descarta ampliar las visitas, que se realizan sólo el primer miércoles de cada mes, a colegios e institutos del resto de la provincia. El herbario de la Universidad de Granada tiene una larga historia. Y es, precisamente, lo primero que se explica a los chavales. "Aunque se constituyó como organismo independiente en 1995, su origen se remonta a la creación de la cátedra de Botánica Descriptiva de la Facultad de Farmacia, en 1853", recuerda Eduardo Linares, uno de sus técnicos. Los cerca de 150.000 especímenes de plantas que atesora se reparten en la actualidad entre las instalaciones de la mencionada facultad y la de Ciencias. Estudio botánico La clase teórica para los alumnos la completa otra de las responsables de la institución, Laura Baena. "Un herbario es una colección de plantas secas, un centro de documentación científica indispensable para el estudio de la Botánica". El archivo vegetal granadino se divide en dos secciones: helechos y plantas con flores (fanerógamas) y plantas sin flores (criptógamas), como líquenes, algas, hongos y musgos. Su procedencia es de lo más variada, encontrándose especies del norte de Europa y América, aunque la mayoría han sido recolectadas en Andalucía oriental. En el apartado práctico, se explica la rutina de trabajo del herbario. La labor más gratificante para los escolares es el proceso de deshidratación. "Es sencillo, se coloca la planta entre cartón secante y se prensa hasta que suelta toda el agua". Antes, los miembros del archivo han aleccionado a los visitantes con algunas directrices medioambientales. "Jamás deben arrancarse plantas de raíz, ni cortarlas en espacios naturales protegidos", advierte Baena. Si el desecado, que suele durar entre cuatro y 15 días, se ha realizado de forma adecuada, el vegetal podrá conservarse momificado durante unos cuantos lustros. "Los problemas principales de un herbario son la podredumbre y las plagas de insectos", explica Carmen Quesada, otra de los seis integrantes del equipo. El siguiente paso que deben dar los escolares es la identificación de la planta con la ayuda de las claves (guías) botánicas. Su nombre científico y común, si lo tuviera, y el lugar donde ha sido hallada son registros fundamentales que debe recoger la tarjeta identificativa. A continuación, la planta, seca y etiquetada, se adhiere sobre un pliego de cartulina para su archivo. Con estas actividades, la universidad ha querido acercar a los jóvenes al estudio del reino vegetal y divulgar la función del herbario. "Nuestra labor es atender las peticiones de estudiantes, profesores e investigadores universitarios", explica Linares. Su papel es básico también a la hora de guardar para la posteridad ejemplares de especies en peligro de extinción. "Tenemos una representación de todos los endemismos de Sierra Nevada y, por desgracia, de alguna planta ya desaparecida". La institución está centrando sus esfuerzos en la informatización de su base de datos y en la ampliación de la colección con especímenes del norte de África. Disección Los escolares que asisten a las jornadas de puertas abiertas tienen la oportunidad, por último, de saciar su curiosidad a través del microscopio. Con el apoyo de útiles de disección, escudriñan en el interior de las plantas, aprendiendo a diferenciar cada una de sus partes. Asimismo, el herbario pone a disposición de los profesores un álbum de diapositivas y una pequeña colección de plantas para ampliar la experiencia formativa en su propio centro.

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