Continuará...

JUANJO GARCÍA DEL MORAL El proyecto para la ampliación del campo del Valencia Club de Fútbol se ha convertido en un culebrón cuyo guión se complica a medida que avanza, de manera que cada vez resulta más difícil adivinar el desenlace de la historia. El hecho de que sean varios los guionistas no hace sino complicar aún más las cosas. Así, tanto los actores como los espectadores que siguen de cerca este serial, muestran signos de división. Los hay convencidos de que la obra de Mestalla iniciada por Paco Roig nunca se acabará; otros creen, a pies juntillas, exactamente lo contrario; algunos piensan que ni lo uno ni lo otro, que se hará a medias; la posibilidad de que todo acabe con algún munícipe en el banquillo cuenta igualmente con numerosos partidarios; también están aquellos que apuestan todavía por la idea del traslado del campo. De momento, el proyecto sigue su tramitación, bien es verdad que sometida a altibajos, improvisaciones y algún que otro revés administrativo, además de amenazas de acciones judiciales y de agravios comparativos. Este último es el caso de la escalera de incendios que la Confederación Hidrográfica del Júcar quería construir en su sede, situada bien cerca de Mestalla. El Ayuntamiento denegó la licencia porque la escalera ocupaba algo más de 11 metros cuadrados de acera y no se justificaba el "interés público", ese que sí aconseja ampliar el campo de fútbol cargándose una calle. Curiosamente, el mismo día en que los periódicos daban cuenta de tan escandalosa denegación de licencia, los responsables municipales se reunían para abordar el asunto, que, aseguraron, ya tenían "previsto". También tenía previsto el Ayuntamiento cumplir con su obligación de informar de todos los pasos administrativos a todos los particulares interesados en el proyecto de Mestalla, pero al parecer ha obviado ese trámite. El proyecto de Mestalla va hoy al pleno del Ayuntamiento y el jueves está previsto que lo aborde de nuevo la comisión territorial de Urbanismo. Pero parece que esos trámites no cerrarán el caso. El desenlace del culebrón de Mestalla aún tardará en llegar y parece que por ahora, como en la tele, hay que dejarlo en el consabido continuará.