El secreto de lo pringoso
Las fuerzas que hacen pegajosos los objetos son conocidas, pero no así los mecanismos que amplifican sus efectos. Levantar el dedo de una superfice pegajosa puede costar diez mil veces más de lo que la teoría predice. Según sugiere un equipo de investigadores franceses en la revista Physics News Update, la culpa de que cueste tanto separar un metal rugoso de un polímero pegajoso es de las burbujas de aire, que quedan atrapadas en las rugosidades y cambian de forma a medida que el metal se mueve. Entender este fenómeno permitirá diseñar mejores adhesivos y pinturas.
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