Johannes Kaiser en su cierre de campaña: “Este país no se está cayendo a pedazos, sino a balazos”
El candidato libertario, en casi una hora de discurso, redobla críticas en contra de la abanderada de la izquierda Jeannette Jara y del Gobierno de Gabriel Boric


Johannes Kaiser, candidato presidencial del Partido Nacional Libertario y actual diputado, puso fin a su campaña con un discurso de casi una hora en el que endureció sus críticas contra la comunista Jeannette Jara, abanderada de la izquierda y de la Democracia Cristiana. El acto, realizado este miércoles en la plaza de la Aviación, en el municipio de Providencia, arrancó con un minuto de silencio “por los 1.200 mártires de Carabineros que han fallecido defendiendo a nuestra patria, ley y República”, un gesto que contrastó con lo ocurrido el martes, durante el cierre de campaña de Jara, cuando parte del público la puso en aprietos al corear cánticos ofensivos contra la policía. Una vez concluido el homenaje, Kaiser cargó directamente contra la candidata oficialista: “A un kilómetro de aquí —aludiendo a la plaza Italia, epicentro de las protestas del estallido social— traían a ese perro mata pacos [policías] que la señora Jara llevaba en una polera”.
Pero sus dardos no han quedado ahí. Hizo alusión a una frase repetida por Jara, incluso en su último mitín, y también por el Gobierno de Gabriel Boric, donde aseguran que “Chile no se cae a pedazos”. A lo que Kaiser respondió: “Este país no se está cayendo a pedazos, sino a balazos, señor presidente”.
El libertario, de 49 años, reunió a 12.000 mil personas, según su comando, lo que representa un 15% menos que los 14.000 asistentes que se congregaron el martes en el cierre de campaña del republicano José Antonio Kast, aliado de Kaiser hasta hace dos años y con quien ahora disputa el liderazgo de la ultraderecha en Chile.

“Hay cosas en las que no se deben ceder y eso me gusta de Kaiser. Él tiene la determinación que no tienen otros, en eso se parece a [el presidente argentino Javier] Milei, y creo que llevará a la derecha por primera vez a la Presidencia porque hay que estar claros: [Sebastián] Piñera era un amarillo [de centro]”, dijo Germán Rosende, un emprendedor de 36 años.
Kaiser se instaló en el tercer lugar de las encuestas divulgadas antes de la veda electoral, superando levemente a Evelyn Matthei, candidata de la derecha tradicional, y despertando dudas sobre el pase de Kast a la segunda vuelta.
Su estilo lo distingue de otros candidatos de las derechas, levantando cada tanto tiempo críticas como en este cierre de campaña por hacer sonar la tercera estrofa del himno nacional chileno -entonada por sus adherentes- que se relaciona con las Fuerzas Armadas y que habitualmente sonaba en las ceremonias oficiales de la dictadura, pero que en democracia fue excluida de actos oficiales. Ingrid Muñoz, una chilena de 51 años, que asiste arropada con una bandera de Chile para escuchar el discurso del aspirante a La Moneda, cuenta lo que le gusta del candidato: “En la primera vuelta de 2021 apoyé a Kast, pero él cambió de curso en la segunda vuelta y desistió de ideas como eliminar el ministerio de la Mujer. Lo mismo pasa con Matthei, que no es convincente, y eso me da desconfianza. Pero Kaiser tiene ideas claras y concretas. Lo sigo desde la pandemia y me gustan sus ideas. Y sé que si voto por Kaiser será por él y no cambiará en la segunda vuelta, ni cuando llegue a la Presidencia”.
Al igual que su rival del Partido Republicano, el libertario propone endurecer medidas para reducir la migración irregular, mano dura contra la delincuencia y fortalecer la economía. Sin embargo, el discurso de Kaiser y algunas de sus propuestas se muestran más radicales que las de Kast. Si el republicano ha omitido en su narrativa a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) en esta tercera candidatura, el abanderado del PNL ha dicho sin desenfado que apoyaría un nuevo golpe de Estado como el que sufrió el presidente socialista Salvador Allende. Mientras el ultraconservador quiere aplicar un recorte del gasto fiscal de 6.000 millones de dólares en 18 meses, Kaiser apunta a un ajuste de hasta 16.000 millones de dólares “lo antes posible”, precisa el coordinador económico del libertario, Víctor Espinosa, a EL PAÍS.


En su cierre de campaña, Kaiser afirmó que si llega al Palacio de La Moneda indultará a todos los “carabineros condenados por defender la democracia”, aludiendo a los que fueron detenidos durante el estallido social. Pero su principal promesa está en el cierre de las fronteras y la expulsión de todos los inmigrantes irregulares en Chile. Los aplausos de sus adherentes se escucharon cuando dijo que “la gente que entró por la ventana, se tiene que ir por la puerta” y anunció que pedirá ayuda al gobierno de Nayib Bukele para enviar a los extranjeros con antecedentes policiales, que no sean recibidos en su país, al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una megacárcel construida en El Salvador para pandilleros que fue denunciada este miércoles por la oenegé Human Rights Watch (HRW) por cometerse torturas y vejámenes contra migrantes venezolanos deportados por el presidente estadounidense Donald Trump. “¡Qué se vayan allá! No queremos a los jefes de las mafias venezolanas, mexicanas, brasileras, chinas, japonesas o de Mongolia y Rumania, aquí, en nuestras cárceles, dejando la escoba”, señaló.
En el acto político, como en otros durante toda la campaña, lo acompañó su esposa, Ivette Avaria Vera, con quien llegó en un autobús llamado 4K –cuatro por el número que le asignaron en la papeleta de votación y K por la inicial de su apellido–, y cuyas posturas son afines a las de su marido. Kaiser subió a la tarima al ritmo de la banda de rock AC/DC, en medio de efectos pirotécnicos, y se despidió de sus adherentes saltando y gritando “¡libertad!”, mientras los instaba a votar por sus candidatos a diputado.
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