Red enredada

INTERNET NO se merece la inestabilidad que le suministra Telefónica. Internet no es un nuevo juguete para cuatro adelantados. Es una herramienta que necesitan cada vez más empresas y ciudadanos y ha de funcionar como una seda. No sólo para atender a estos usuarios de la red, sino para pedagogía de los demás ciudadanos, que han de tener claro que tarde o temprano el uso de las redes será una frontera entre el desarrollo y la pobreza. Hoy sería inconcebible que una llamada internacional estuviera sometida a la incertidumbre de si se logra o no la conexión deseada. Eso precisamente es lo que pasa con Internet.Telefónica introdujo el servicio de Infovía, que permitía el acceso a la red universal a coste de llamada local, cuando era todavía una empresa pública. Fue una apuesta pionera. Una gran idea maleada por ciertas operaciones recaudatorias de la compañía que se ha empeñado en cobrar conexiones fallidas o resistido a fórmulas que abaraten la conexión. No se puede castigar al internauta con un Internet caro. Mucho menos, con un Internet malo. Telefónica debería haber tenido preparado el cambio de Infovía al nuevo sistema de Infovía Plus el pasado día 1 de diciembre. Los problemas técnicos detectados aconsejaron a la Administración imponer una moratoria hasta el 17 de enero. Este pasado lunes, Infovía Plus se estrenó de manera irregular y lenta. Algunos nodos cumplimentaban las demandas al instante y sin problemas y otros no permitían la conexión, o la interrumpían una vez conseguida.

Internet no puede sufrir unos enlaces inestables. Tan inconcebible es que haya problemas para conectarse a la red como para llamar a París. Porque tan normal terminará siendo, más pronto que tarde, lo uno como lo otro. Infovía Plus debía haber funcionado a la perfección desde el primer día, pues ha habido tiempo suficiente para poder cumplir la promesa de conexiones más rápidas y eficientes del nuevo sistema. Que se haya convertido en un problema es un perjuicio para los usuarios y para los ciudadanos de un país cuyo futuro pasa también por Internet.