_
_
_
_

La presidencia alemana antepone sus intereses en la financiación de la UE

Alemania no parece dispuesta a ceder. Las palabras dirigidas el viernes por el canciller, Gerhard Schröder, a un grupo de eurodiputados socialistas hacen pensar que Bonn utilizará su condición de presidente de turno de la Unión Europea para defender sus intereses nacionales en las negociaciones que enfrentan a los Quince sobre la futura financiación de la Unión Europea, la denominada Agenda 2000. El Ecofin, el primero bajo presidencia alemana, no discutió ayer ninguna nueva alternativa.

La ejecutiva del grupo parlamentario socialista del Parlamento Europeo, junto a los jefes y portavoces de grupo, se reunió el viernes en Bonn con el canciller para conocer de cerca los objetivos de la presidencia alemana. En ese encuentro, Gerhard Schröder se mostró durísimo en defensa de los intereses de su país, lo que hace pensar que Alemania no será neutral.No va a ser una novedad en Europa. La presidencia austriaca, que cesó el pasado 31 de diciembre, ya se destacó por confundir sus intereses nacionales con los de los Quince.

"Dinero, dinero, dinero, ése fue el mensaje obsesivo que nos lanzó el canciller", afirma Joan Colom, que junto a Manuel Medina y Juan Colino formaron la representación de diputados españoles durante el encuentro. "Salimos bastante decepcionados porque el canciller ofreció una visión muy cerrada del problema", admite Colom.

Schröder no sólo no presentó alternativas, sino que atacó a todos. A los países ricos porque pagan poco. Al Reino Unido porque "el cheque británico es un privilegio absurdo en la actual situación", según sus palabras. A Francia al insistir en la absoluta necesidad de introducir el concepto de financiación en las ayudas agrícolas. Y a España y Portugal al retomar la idea de suprimir el Fondo de Cohesión para los países que se han incorporado al euro.

La posición de Schröder no es única en el Gobierno de Bonn. Oskar Lafontaine, ministro de Finanzas alemán, abandera las posiciones más duras en la negociación financiera, según fuentes diplomáticas. Lafontaine ha difundido en el Gobierno alemán el mensaje de que la presidencia debe encarar todas sus propuestas para solucionar el problema alemán. Eso va a hacer muy difícil un acuerdo en la cumbre extraordinaria del 24 y 25 de marzo en Bruselas, en la que Alemania quiere alcanzar cuando menos un acuerdo político global.

La tozudez alemana contrasta con la flexibilidad que empiezan a mostrar otros países. Desde el Reino Unido, que parece dispuesto a sacrificar parte de su cheque o todo él si se reforma la política agrícola a su entera satisfacción, hasta Francia -menos exigente en negociaciones como la del sector lácteo-, o España, que dibuja alternativas para mejorar la financiación alemana. Pero ninguno de estos países puso sobre la mesa nuevas propuestas en la reunión de ayer del Ecofin. El vicepresidente y ministro español de Economía, Rodrigo Rato, se mostró más conciliador en el tono de su intervención y se sumó a la voluntad alemana de alcanzar un acuerdo durante la presidencia alemana. Lafontaine no trajo nuevas propuestas tampoco, y en su intervención hizo especial énfasis en los puntos de vista germanos, aunque no enfatizó en esta ocasión la necesidad de solucionar el problema de su país. En cambio, el programa de trabajo de su ministerio para este semestre sí incluyó el denominado "reparto equitativo de la carga" entre los objetivos de la negociación de la Agenda 2000, el programa financiero de la UE para el periodo 2000-2006.

Ese reparto equitativo es la manera que tiene Alemania de referirse a que las cuentas se hagan en función de los saldos finales que soporta cada país con el presupuesto comunitario.

El francés Dominique Strauss-Khan evocó la necesidad de que las aportaciones de cada Estado sean proporcionales. Es algo que ya ocurre, con las excepciones del Reino Unido -debido al cheque británico-, pero sobre todo de Italia, cuya aportación en función de su facturación de IVA es inferior al de su riqueza total.

No adelantar el euro

El ministro belga, Jean-Jacques Visseur, propuso que se estudiara adelantar al 1 de octubre del año 2001 la circulación de los billetes y monedas en euros, prevista para el 1 de enero del 2002. El español Rodrigo Rato no se opuso frontalmente a la propuesta belga pero la condicionó a que el Comité Económico y Financiero (el antiguo Comité Monetario) y la Comisión Europea avalaran esta posibilidad."No sólo se trata de un asunto político, si no de asegurarse de que no hay problemas técnicos", advirtió el vicepresidente segundo y ministro de Economía español.

El resto de ministros tampoco mostró gran entusiasmo. En general advirtieron sobre el peligro de que haya no sólo problemas técnicos, sino de que se acabe generando una gran confusión entre el público. El Ecofin, de todas formas, encargó a la Comisión que estudie esa posibilidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_