Los partidos abren la veda del voto extranjero, vital en algunos pueblos

Llevan meses de preparativos y esperan que en las próximas semanas el trabajo realizado se traduzca en apoyos colectivos explícitos e incluso, dependiendo de su peso en el censo, integración en listas. Los partidos mayoritarios, PP y PSPV, se han lanzado en Alicante a una carrera para captar el voto de los ciudadanos residentes de la Unión Europea y Noruega, que en las elecciones de junio podrán ejercer su derecho de acudir a las urnas. Un voto que puede ser "determinante" en algunos pueblos costeros.

El voto de los extranjeros, que se limitará a los comicios europeos y locales, no influirá sólo en la formación de los gobiernos locales, sino que afectará también al reparto de escaños en la Diputación. El crecimiento demográfico de los últimos años ha hecho que la circunscripción de Dénia (Marina Alta) gane un diputado, que pierde la de Elda (Vinalopó Mitjá). En la pugna por el voto extranjero lleva ventaja el PP, que en 1995 ya organizó actos dirigidos a los europeos residentes y noruegos, pese a que no pudieron votar de forma generalizada porque España no acabó de establecer los mecanismos necesarios para ello. Desde hace años, en la sede de Alicante funciona la Comisión de Extranjeros, que canaliza el fichaje de militantes de ese colectivo y canaliza sus reivindicaciones hacia las agrupaciones locales para que se tengan en cuenta al elaborar los programas electorales. Además, como señala el vicesecretario provincial del partido, Juan Manuel Cabot, no hay que olvidar que los europeos que se establecen en la costa de Alicante tienen un poder adquisitivo medio-alto, y en sus países de origen suelen votar opciones políticas similares al PP. Las reuniones con colectivos no han cesado desde 1995. "Trabajamos pueblo a pueblo, a la hora de captar votos nos interesa todo, y porque son ciudadanos de pleno derecho, que tienen problemas como el resto, a los que hay que atender igual". Contactar con ellos no es difícil. Los partidos políticos disponen de una ventaja con respecto al electorado español: el asociacionismo, fuertemente implantado en las colonias de extranjeros. Un deporte, un juego de mesa, la procedencia común o simplemente las fiestas nacionales de sus respectivos países de origen, son elementos suficientes para constituir organizaciones con miles de asociados. El PP, como ya hiciera en los últimos comicios, editará sus programas en varios idiomas, destacará en los municipios más significativos a sus dirigentes políglotas y organizará campaña activa para fomentar el voto entre el colectivo. El PSPV también ha hecho números, y sabe que los gobiernos de municipios como, Xàbia, Calpe, L"Alfàs del Pi, Torrevieja, Altea e incluso Orihuela dependerán en parte del apoyo de extranjeros. Sólo en Altea, en los primeros 15 días de este mes se han censado 600 extranjeros para votar. "Es un colectivo al que dedicaremos atención, como es lógico, y colaboraré con mis compañeros de La Marina en la captación de ese voto". Al secretario general del PSPV y candidato a presidir la Generalitat, Joan Romero, le parece "una necesaria manifestación de respeto hacia esos ciudadanos" la elaboración de programas electorales municipales en varios idiomas. "La campaña me dará ocasión de hablar en inglés, lo que haré encantado", señaló. Los socialistas cuentan con una baza que no pasará desapercibida entre la comunidad británica: la militancia de Romero en el Partido Laborista de Tony Blair entre 1991 y 1992, cuando el candidato era profesor visitante en la Universidad de Leeds. Su militancia fue activa, asistió a debates sobre la política de bienestar social y atención al medio rural que años después se implantaría en las islas, y conoció a Blair cuando era diputado de base, aunque ya despuntaba como líder de los progresistas británicos. "Soy un firme defensor de las propuestas del nuevo laborismo, y participé en la primera traducción al castellano del contrato social del Partido Laborista". Ambos partidos se confiesan "abiertos" a la incorporación en sus listas de ciudadanos de la UE. Esa participación activa dependerá de las negociaciones en cada municipios y de su peso específico en el censo electoral.