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Una intoxicada con nitrógeno en la clínica Ruber sigue en coma

F. Javier Barroso

La clínica Ruber, de Madrid, culpó ayer a su empresa suministradora de oxígeno, Praxair, del accidente que el pasado martes motivó que dos pacientes sufriesen una insuficiencia respiratoria grave al inhalar nitrógeno en lugar de Oxígeno. El centro hospitalario ha abierto una investigación interna para depurar responsabilidades y el próximo martes hará público un informe con las conclusiones del expediente. Las pacientes afectadas tienen 78 y 30 años. La primera iba a ser operada de sinusitis cuando se le suministró por error protóxido de nitrógeno como anestesia. Para evitar lesiones cerebrales en la enferma, los médicos le indujeron un coma por medio de barbitúricos. Un portavoz de la clínica señaló ayer que la mujer continuaba en coma en la Unidad de Vigilancia Intensiva.

La segunda paciente, que se sometió a una liposucción cuando recibió el nitrógeno, fue dada de alta tras permanecer durante 48 horas en observación. La clínica Ruber afirma que se ha reunido con los familiares de las pacientes y que éstos les adelantaron que no presentarán denuncia contra el centro.

La clínica Ruber maneja dos hipótesis para explicar el accidente. La primera sostiene que en el circuito de oxígeno del respirador de anestesia se introdujo protóxido de nitrógeno a través de una válvula mal instalada. Concretamente, los médicos sospechan que se colocó una válvula de admisión para nitrógeno en la entrada del oxígeno. La normativa prohíbe este tipo de alteraciones y establece para cada gas un tipo específico de bombona y válvula de alimentación. De este modo se pretenden evitar accidentes como el ocurrido el martes. "Lo que tendremos que averiguar ahora es cómo se llegó a colocar una válvula en un circuito que no le correspondía", señaló un portavoz de la clínica Ruber.

Botellas mal cargadas

La segunda hipótesis que apuntan los directivos de la clínica es que se les suministró una bombona que por tamaño correspondía a las de oxígeno, pero cargada con nitrógeno. De este modo, el protóxido entró directamente al circuito del oxígeno.

"En cualquier caso, todo el suministro de los gases depende de la empresa Praxair. Ningún trabajador de la clínica toca las bombonas precisamente para evitar posibles accidentes", señaló un directivo de la clínica Ruber.

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El accidente fue detectado por las alarmas del respirador a los ocho minutos de sobrevenir. Inmediatamente, los médicos llamaron a un notario, que levantó acta de la disposición de las bombonas y su estado.

Ruber afirma que Praxair (que sostiene que somete sus productos a un riguroso control de calidad en el llenado y distribución de sus bombonas) les ha enviado un comunicado en el que lamenta lo sucedido y anuncia que investigará el caso.

Este periódico intentó recabar ayer, sin éxito, la versión de Praxair.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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