La necesidad del mestizaje

Sami Naïr aboga por la asociación de los países del Mediterráneo y tiene muy claro de dónde llegará esa unión. "La identidad siempre procede de los problemas comunes", afirmó ayer. Y a modo de ejemplo, extrapoló su reflexión a Euskadi y dijo: "Este País Vasco existe por sí mismo, existe porque hay problemas comunes, sobre todo frente a la historia, frente al exterior". Lo mismo ocurre, a su juicio, en el caso de los países del mediterráneo, pero a nivel económico y religioso. Esta zona del mundo es la que sufre las fracturas más importantes. "No se puede vivir en guerra permanente", insistió. Pero juzga imposible que los países del Mediterráneo puedan dar un vuelco a la situación por sí solos. Naïr propone un intercambio de miradas y cree que la construcción de Europa no puede llevarse a cabo ignorando la situación que viven los países del sur. Propone el intercambio, la solidaridad, el mestizaje del norte y el sur, en un contexto en el que la construcción de Europa no esté marcada sólo, como hasta ahora, "por los intereses económicos". Uno de los grandes retos, a juicio de este intelectual y filósofo, es plantear Europa a partir de la igualdad social real. "En Estados Unidos", aseguró, "hay ganadores y perdedores. La tradición de la igualdad, en cambio, es profundamente europea. Aquí estamos todos en el mismo barco". Naïr no olvida el desempleo como uno de los grandes problemas que hay que solventar para avanzar en la integración paulatina de la unión.