Defensa de la democracia

En EL PAÍS del 10 de enero de 1999 aparecen dos noticias que han llamado poderosamente mi atención. La una destaca en primera página y se refiere a una gran manifestación convocada en Bilbao por los aledaños de ETA y sus simpatizates "por los derechos de los presos vascos", los miembros de la banda que cayeron en manos de la policía y a los que se castiga, al parecer, de forma ilegal.La otra se refiere a la manifestación ante la cárcel de Alhaurín a favor de un presunto delincuente encarcelado por orden judicial. Esta última no es sino continuación de la desarrollada el día anterior en Marbella con gran afluencia de público, entre el que se encontraban personajes importantes de la jet set. Como anécdota se cita en algún otro lugar del periódico que el "presunto" ya fue considerado delincuente en otra ocasión y por tanto ahora podría pasar a la condición de reincidente.

Una y otra acción popular tienen en común que se trata de protestas contra la Administración de justicia, uno de los pilares de la democracia, al que, según creo, no respetan como es debido. Tal vez el PSOE dio mal ejemplo con la actuación a favor de Barrionuevo y Vera, pero a mí estas cosas me llevan a la conclusión de que la democracia no es la panacea y que debemos estar en su defensa. Recordemos que Adolfo Hitler llegó al poder mediante unas elecciones democráticas.-