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Maragall pide una lectura federal de la Constitución ante la cúpula del PSOE

El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, presentó ayer en Madrid, en la Fundación Alternativas, las líneas maestras de su catalanismo alternativo al de Jordi Pujol. Y lo hizo ante la cúpula del PSOE, que escuchó un discurso federalista que exige la relectura de la Constitución y que va más allá de las concepciones del PSOE. El líder socialista ofreció "lealtad" y se presentó como continuador del catalanismo regeneracionista de Francesc Cambó e incluso Jordi Pujol.

En primera fila estuvieron el ex presidente del Gobierno Felipe González, el candidato del PSOE a la Presidencia, José Borrell, el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, y dirigentes significativos como Juan Manuel Eguiagaray y Luis Yáñez, así como el primer secretario de los socialistas catalanes, Narcís Serra. Nueva Izquierda también estuvo representado al más alto nivel: con Diego López Garrido y Cristina Almeida. Todos acudieron a arropar a Maragall -que en marzo celebrará unas primarias sin rival en el PSC-, el primer candidato con posibilidades reales de poner fin a la hegemonía nacionalista en Cataluña de Jordi Pujol, presidente desde 1980. Ante tal ilustre auditorio, Maragall no se amilanó y repitió exactamente el mismo discurso que utiliza en Cataluña. El candidato socialista agasajó a varios de los presentes -sobre todo a González y a Borrell-, pero no por ello dejó de exponer sus posiciones, en parte distintas a las del PSOE, y pidió una relectura de la Constitución que permita avanzar hacia un Estado federal.

Maragall recordó que ya en 1978 la izquierda tenía un programa federal que luego no pudo culminar. "Han pasado 20 años y quizás ya ha llegado el momento", aseguró. El federalismo de Maragall incluye también el aspecto económico y el candidato reiteró cuatro propuestas básicas: reducir progresivamente "la diferencia abismal entre el régimen común y el foral", reducir al 40% el gasto del Estado -y repartir el 60% a partes iguales entre comunidades autónomas y municipios-, igualar el gasto por habitante en las áreas metropolitanas y reducir el exceso de saldo fiscal negativo que a su juicio existe de Cataluña respecto al resto de España.

Maragall rebaja la cantidad de exceso de ese saldo fiscal que esgrime Pujol, pero sus posiciones no suponen una espectacular ruptura conceptual. De hecho el propio Maragall elogió la talla política de Pujol en sus 18 años de mandato, e incluso la equiparó a lo que en el resto de España ha supuesto González.

El líder socialista se mostró continuador de una tradición catalanista que incluye también a Pujol y que arranca, entre otros, con su abuelo, el poeta Joan Maragall, y que en su opinión siguieron políticos de derecha e izquierda. Citó entre ellos al líder regionalista Francesc Cambó y el líder republicano Lluis Companys. Es ésta la tradición de un regeneracionismo que supone implicarse en la modernización del resto de España. "Desde Cataluña queremos conducir a toda España hacia el corazón de Europa", afirmó.

A cambio de una relectura federal -que también incluye aspectos culturales-, Pasqual Maragall ofreció "lealtad" de Cataluña hacia el resto de España y aseguró: "La Declaración de Barcelona [suscrita por CiU, el PNV y el BNG] no es anticonstitucional, pero no es leal a la Constitución".

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El candidato socialista explicó también su proyecto de construir una alternativa de centro izquierda en Cataluña, incorporando a nuevos sectores y partidos a su proyecto, que va más allá del PSC. En este sentido, reiteró su deseo de incorporar a los empresarios: "Sería absurdo que el Partido Demócrata de Cataluña, por decirlo así, no tendiera puentes con ellos", afirmó. Y emplazó al PSOE a emprender el camino "del cambio del cambio que en 1993 no se pudo realizar, por los motivos que sean".

Mao y Teresa Campos

La agenda de Maragall en Madrid reflejó exactamente cuáles serán sus bazas para tratar de derrotar a Pujol: atraerse a los sectores de izquierda, arrastrar también a los empresarios y movilizar a los abstencionistas.La jornada empezó con su participación en el programa Día a Día, de María Teresa Campos, que tiene una magnífica acogida entre una parte del abstencionista clásico catalán, que sólo consume televisión hecha en Madrid. Por la tarde siguió en el foro de Alternativas y se ganó al clásico público progresista comparando su estrategia en Cataluña con las tácticas de Mao: "Del campo a la ciudad", recordó socarrón.

Y finalizó la jornada con la tercera pata: comiendo con un reducido grupo de empresarios, sólo horas antes de celebrar, hoy, su 58º cumpleaños.

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