El euro y los ancianos
La llegada del euro a nuestro país, sin olvidar los aspectos positivos que conlleva, traerá a partir del 2002 ciertos problemas a una gran parte de la población, especialmente a las personas mayores.Problemas que muchos no podrán solucionar con una calculadora, como señaló hace unos días un político alejado de la realidad.Es verdad que, si se lo proponen, las instituciones y ayuntamientos podrán ayudar a una gran parte de la población a adaptarse al lenguaje del euro. Pero habrá bastantes ancianos, alejados de los hábitos de la vida moderna y con dificultades insalvables para asimilar los cambios que se avecinan, que necesitarán de la honradez del tendero y de la generosidad de la gente para desenvolverse en una sociedad cada vez menos solidaria y más egoísta.-
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