El Supremo avala la expulsión de un guardia ebrio

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha ratificado la separación del servicio de un sargento de la Guardia Civil, a quien se considera responsable de una "falta muy grave" por incorporarse a su destino "con signos evidentes de intoxicación etílica", lo que conlleva su expulsión del Cuerpo.La sentencia establece como falta muy grave -castigable con la separación de servicio- acudir a un destino borracho y no en plenitud de condiciones, "importando poco que la ingestión de alcohol que origina el estado de ebriedad se realice antes o después del preciso momento inicial de dicho servicio".

El sargento se personó en su destino habitual con "signos evidentes de intoxicación etílica", según testificaron su propios compañeros en la Comandancia 511 de Vitoria, por lo que fue relevado por el teniente jefe de puesto, quien consignó en la papeleta de servicio una "indisposición".

La sentencia estima que debe apartarse del servicio a quien se presente borracho a su destino, independientemente de que el trabajo a efectuar -se trataba de un traslado de presos- se realice o no.

Considera el Supremo que en el ámbito de la milicia o de la Guardia Civil "ha de considerarse intolerable que la embriaguez concurra con el acto de servicio y afecte al mismo, lo que en el caso que se contempla aparece como indiscutible".

No obstante, dos de los cinco magistrados presentaron votos discrepantes por entender que la actuación del sargento debió considerarse como una "falta grave", dado que "no llegó a prestar el servicio", por lo que no debió ser expulsado.