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TRÁFICO EL CARRIL BUS SE HA VUELTO "CONTRAPRODUCENTE"

Un estudio denuncia los efectos de la doble fila en la circulación de Valencia

La costumbre de aparcar en doble fila y sobre el carril-bus limita seriamente la fluidez del tráfico. Así lo recoge un informe elaborado por la Universidad de Valencia que analiza la situación en dos de las principales arterias, la calle de Colón y la Gran Vía del Marqués del Turia, así como el entramado urbano comprendido entre ambas. El estudio advierte de que los malos hábitos han convertido al carril-bus en una medida "contraproducente". También propone mayor firmeza policial y de la grúa para mantener expeditas las circunvalaciones.

El estacionamiento incorrecto en Valencia, fundamentalmente en zonas del centro de la ciudad, es uno de los grandes males que atenaza al tráfico en la ciudad. La encrucijada de calles que conectan la calle Colón y la Gran Vía es, según el estudio, el ejemplo más representativo de los problemas provocados por la práctica de la doble fila. En esta red simétrica de calles, correspondientes al ensanche, el estacionamiento incorrecto es tan frecuente que se encuentra "institucionalizado". El volumen de aparcamiento inadecuado es tal que la capacidad de circulación de vehículos se ve limitada entre un 33% y un 66% debido al bloqueo de carriles provocado por los coches mal aparcados. El informe, elaborado por la Universidad de Valencia, también aborda los problemas derivados de la invasión del carril-bus. Disponer de un carril exclusivo para autobuses de línea y taxis no ayuda a descongestionar los problemas de tráfico sino todo lo contrario. El estudio sobre la situación del estacionamiento incorrecto en la ciudad de Valencia, supervisado por Gregorio Martín Quetglás, revela que la extendida costumbre de aparcar sobre el carril reservado a los autobuses urbanos provoca que esta medida no colabore a descongestionar el tráfico sino a crear más problemas de circulación. Para elaborar el trabajo, realizado en febrero de 1998, el equipo de la Universidad acotó el campo de trabajo entre la Gran Vía del Marqués del Turia y la calle de Colón, así como el entramado de calles que unen estas dos vías. La elección de estas dos calles se justifica por la importancia que tienen como parte del cinturón de circunvalación urbano de la ciudad. En la Gran Vía, el problema fundamental se refiere a la invasión del carril-bus. Pese a no ser excesivamente elevado el número de vehículos estacionados sobre esta vía de uso exclusivo para autobuses y taxis, son suficientes para forzar a los autobuses urbanos a invadir el carril de su izquierda. Esto provoca una reducción de espacio para el resto de coches y una disminución de velocidad. "Una medida inicialmente orientada a la mejora del funcionamiento del transporte público resulta contraproducente", concluye el análisis. Esta afirmación se apoya en una doble argumentación. Por una parte se restringe el ancho de la vía al habilitar un carril sólo para autobuses y taxis. Además, el estacionamiento inadecuado provoca que los autobuses ocupen las vías reservadas a los vehículos ligeros, "incrementando aún más la reducción de capacidad inicial y aumentando la peligrosidad". Este problema también afecta a la calle Colón, con el agravante de que, además, esta avenida también se enfrenta al problema del aparcamiento en doble fila. El documento advierte de la necesidad de mantener "expeditas a cualquier precio" las dos grandes avenidas objeto del estudio. La necesidad de que se cumplan las normas de tráfico en estas calles es tal, que los responsables del estudio piden mano dura por parte de la Policía Local y de la grúa, para lo que solicitan declararlas "zonas de actuación preferente". La dureza de estas medidas no ha pasado de largo para los autores del informe. Así, recomiendan que paralelamente se realice una campaña de información ciudadana para "explicar la situación y hacer partícipes a los ciudadanos de la problemática y la solución". Junto a esta medida exigen que se clarifique la situación legal en la que se encuentra la ORA -zona de aparcamiento limitado- para "mejorar el rendimiento de las plazas disponibles". Entre las soluciones, también se presenta a los aparcamientos subterráneso como un factor "a promocionar" como alternativa al mal aparcamiento en superficie.

Conclusiones para tres zonas

Las conclusiones del estudio por zonas son las siguientes: Gran Vía Marqués del Turia: No suele haber coches aparcados en doble fila, por lo que el estacionamiento indebido se produce sobre el carril-bus. Los resultados indican una frecuencia de aparcamiento de entre 10 y 15 vehículos por hora sobre este carril con un tiempo medio de 4 a 5 minutos por coche. Estas malas prácticas reducen en un 22% la capacidad de la calle. Calle Colón: Coexisten la doble fila y la obstaculización del carril bus. El número de coches aparcados en doble fila es de unos 20 por hora, mientras que los que ocupan el carril oscilan entre los 10 y los 15 por hora, con un tiempo medio de ocupación de entre 5 y 6 minutos. Esta arteria comercial ve reducida su capacidad de absorber tráfico en un 47%. Ensanche: Los aparcamientos indebidos sobre el carril-bus son infrecuentes. Sin embargo, ésta vía suele quedar como única hábil ya que el resto de los carriles quedan inhabilitados por los vehículos en doble fila. En las calles de Hernán Cortés, Pizarro, Jorge Juan, Isabel la Católica, Félix Pizcueta y Conde Salvatierra el número de vehículos mal estacionados es muy elevado, entre 60 y 80 por hora. El estudio destaca que la incidencia de la doble fila incapacita a estas calles como "vías de circulación alternativa" a Colón y la Gran Vía.

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