Paradojas

DE PASADAA veces en Granada, si hace mucho frío en el llano, el mejor remedio consiste en ascender dos mil metros y cobijarse en la nieve. Esta usual y prometedora paradoja se denomina inversión térmica, pero las autoridades no la han explotado con la suficiencia debida, quizá porque creen que es una licencia literaria que resume el corazón contradictorio de la ciudad y no un atractivo turístico. Mister Pond, el personaje inventado por el escritor británico Chesterton, sostiene que una paradoja es una verdad puesta cabeza abajo para llamar la atención. Mister Pond por ejemplo dice: "Van con tantas prisas que no llegan nada lejos", o "claro, como nunca estaban de acuerdo no podían discutir". Cuando en Granada se produce la inversión térmica, lo que es relativamente normal, se acrecienta la sensación de tener los pies en el Veleta y la coronilla en una playa de Motril. En esta posición se comprenden muchos fenómenos en apariencia inexplicables o frases que en una postura normal parecerían absurdas. Esta Navidad el candidato del PSOE a la alcaldía de Granada, José Moratalla, dijo que si gana las elecciones trasladaría su despacho al Rey Chico. Afirmaciones como ésta cobran sentido sólo si el oyente se halla bocabajo. De otro modo, con los pies en el suelo y la cabeza arriba, parecerían frivolidades. Juan Ruiz Lucena, director del Parque de las Ciencias, ha decidido recoger las huella de las manos de los astronautas del Discovery y con el vacío de escayola hacer un monumento. En una ciudad ajena a las inversiones térmicas a los astronautas les hubieran sacado los moldes de los pies. De hecho, lo que hizo el primer tipo que llegó a la Luna fue pisar la superficie. Hubiera sido una ridiculez caminar por la Luna cabeza abajo. Aquí, en cambio, a los astronautas les darán la vuelta, lo que no deja de ser una decisión coherente si se mira desde el mismo punto de vista. El alcalde de Granada, Gabriel Díaz Berbel, ha adquirido motos potentísimas para que los policías vigilen a gran velocidad las zonas más saturadas por el tráfico. En un atasco los ciudadanos veremos ir y venir al mismo motorista tres o cuatro veces. Si hacemos el pino nos percataremos de la eficacia de ésta medida. Un amigo mío, acostumbrado a caminar con las manos, me confió el otro día que como es de izquierdas está convencido de que Berbel ganará de nuevo la alcaldía. ALEJANDRO V. GARCÍA