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VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCO

Los partidos no nacionalistas exigen al Gobierno vasco que responda a la estrategia de HB

Socialistas, populares e IU reclamaron ayer a los partidos nacionalistas del Gobierno vasco, PNV y Eusko Alkartasuna, una firme respuesta a la escalada de violencia callejera y amenazas de las últimas semanas, que pase por exigir una condena a su socio parlamentario, Euskal Herritarrok (EH). Lejos de hacerlo, Arnaldo Otegi, portavoz de la nueva marca electoral de HB, justificó el rebrote de la kale borroka tras el paréntesis abierto con la tregua con los argumentos que ha utilizado en el pasado esta formación política. "Está provocado por la existencia de problemas como el de los presos", dijo Otegi.

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El secretario general del PSE, Nicolás Redondo, pidió al Gobierno vasco contundencia con HB y que le exija la denuncia de los actos terroristas, como el ataque con artefactos incendiarios a la casa-cuartel de la Guardia Civil en Algorta (Vizcaya) y la quema de una cafetería propiedad de un militante del PP en Bilbao. "El PNV es quien tiene una mayor responsabilidad", añadió el dirigente socialista. "En estas situaciones su actitud tiene que quedar clara". Su compañera de partido, la parlamentaria vasca, Rosa Díez, extendió a los partidos nacionalistas la reclamación de "un reacción radical" a la violencia . Díez criticó que el PNV aparezca de la mano "de la gentuza que sigue reivindicando el papel de ETA y titulando de patriotas a quienes siguen ejerciendo la violencia". En su opinión, el PNV está prisionero de la dinámica política que marca HB. "Estamos en una espiral que tienen que paralizar ellos mismos", prosiguió. "El PNV tiene que poner en claro cuál es su posición". Condena y justificación

El portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, emplazó al nuevo lehendakari, Juan José Ibarretxe, a que "reniegue" del apoyo de EH, si esta formación no condena de manera explícita los actos de violencia callejera que se están produciendo en el País Vasco, informa Europa Press. Pérez Rubalcaba se dirigió a Arnaldo Otegi para exigirle que explique si apoya o no los actos violentos. "Creo que debe condenar la violencia que es incompatible con la libertad y la democracia", dijo.

Los dirigentes populares también se volvieron contra los partidos del Gobierno vasco y el apoyo parlamentario que les ofrece EH. El presidente del PP en Vizcaya, Leopoldo Barreda, aseguró que las algaradas y los ataques -"al límite del asesinato", advirtió- se están produciendo con el amparo de grupos que han comprometido su apoyo parlamentario al Gobierno vasco.

Barreda subrayó que la respuesta del Ejecutivo a la escalada de violencia no puede limitarse a una mera condena que continúe con la colaboración institucional con Euskal Herritarrok.

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El coordinador general de Izquierda Unida en el País Vasco, Javier Madrazo, emplazó directamente a los dirigentes de Herri Batasuna, y Euskal Herritarrok, a que "condenen esta violencia", porque "no vale ponerse un día la piel de cordero y al siguiente justificar este tipo de hechos". Madrazo criticó el silencio de los portavoces de EH. "No pueden jugar con dos barajas: la de la paz y la de la violencia, la coacción y el chantaje. Mientras no condenen este tipo de violencia no tendrán legitimidad para defender ningún tipo de derecho humano o democrático", recalcó Madrazo.

El dirigente vasco de IU recordó que nunca había considerado que los ataques callejeros fueran unas manifestaciones aisladas y espontáneas, sino que responden a una estrategia planificada desde esas organizaciones. "Ahora creemos lo mismo. No es casual que se produzca un rebrote de estas características. Hay una planificación muy clara por parte de la dirección de ETA y HB".

Unidad Alavesa destacó la responsabilidad del lehendakari Juan José Ibarretxe "cuando avala públicamente, pactando una mayoría en el Parlamento vasco, el pedigrí democrático" de EH, "sospechosa de tener algo que ver con los que lanzan los cócteles mólotov".

Condena sin nombres

PNV y EA compartieron con los partidos no nacionalistas el rechazo inequívoco al resurgimiento de la violencia en las calles del País Vasco, prácticamente inexistente desde la declaración de tregua de ETA el 16 de septiembre hasta las elecciones autonómicas del 25 de octubre. A diferencia de ellos, sin embargo, evitaron poner nombres y siglas políticas concretas a su condena.

El presidente del Bizkai Buru Batzar (la ejecutiva vizcaína del PNV), Javier Atutxa, destacó que las acciones violentas "sólo favorecen a quienes no desean que la paz se consolide". Atutxa reiteró que el PNV exige "a quienes puedan tener cercanía y autoridad sobre los responsables de los actos violentos" que se comprometan a tomar medidas que impidan su repetición.

En la misma línea, el vicesecretario general de EA, Rafael Larreina, dijo que los ataques "potencian a los sectores más radicales de ambos lados". Larreina tampoco precisó a quién se refería al afirmar que "quienes están detrás de estos hechos" no han asumido que se ha abierto una nueva etapa política.

A pesar de la declaración de tregua de ETA y el apoyo de Euskal Herritarrok al Gobierno de coalición formado por PNV y EA, las valoraciones realizadas ayer por Arnaldo Otegi sobre la violencia callejera no variaron respecto a las que ha mantenido siempre HB. Evitando cualquier palabra de reproche, Otegi recordó que la tregua por sí misma no nos sitúa en "un escenario de paz" y que el ataque con artefactos incendiarios a la casa-cuartel de Algorta son "confrontaciones" provocadas "por la existencia de problemas como el de los presos".

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